Panel sobre: Cooperación al desarrollo y prioridades de financiación soberana.
Preguntas:
- medida que Cuba continúa implementando sus prioridades nacionales de desarrollo, ¿qué tipos de asistencia técnica son más necesarios para navegar por el complejo panorama financiero?
- ¿cómo pueden los socios internacionales para el desarrollo alinear mejor sus programas con las prioridades de Cuba para garantizar una cooperación al desarrollo eficaz y sostenible?
Agradecemos al PNUD y al Mecanismo INFF (PNUD, UNDESA, UNICEF, OCDE, UE, Italia, España, Suecia) por organizar este evento e invitarnos a participar para compartir nuestra experiencia con los marcos nacionales de financiación integrados (INFF, por sus siglas en inglés). Igualmente, agradecemos la oportunidad de participar en este Panel para reflexionar sobre un tema de gran importancia, no solo para el futuro de los países en desarrollo, sino especialmente para Cuba, que se enfrenta a desafíos únicos en su camino hacia el desarrollo sostenible.
Existe un compromiso nacional con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) por parte de los países en desarrollo. Sin embargo, ha sido insuficiente el apoyo internacional para dar seguimiento a los compromisos asumidos en la Agenda de Acción de Addis Abeba y la Agenda 2030, incluso antes de la pandemia de Covid-19. Ha habido, además, un déficit de solidaridad internacional.
Cuando faltan cinco años para el año 2030, menos de una quinta parte de los ODS van por buen camino, situación que se ve agravada por un déficit anual de financiación de 4 billones de dólares.
Para Cuba, el cumplimiento de la Agenda 2030 constituye un compromiso de Estado y una prioridad nacional. Ello se sustenta en la alineación de sus 17 ODS con los seis ejes estratégicos de nuestro Plan Nacional para el Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 (PNDES 2030).
El Plan de la Economía y el Presupuesto anual son instrumentos mediante los cuales se identifican y definen los recursos y capacidades para la implementación de los ODS.
Aún en el complejo contexto inflacionario que caracteriza el escenario internacional, Cuba es uno de los países de la región latinoamericana que más invierte en asistencia y seguridad social, salud, educación, cultura y deporte con más del 60% del gasto público destinado a estas esferas.
No obstante, las limitaciones derivadas del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos por más de seis décadas, constituyen el principal impedimento para el desarrollo de nuestro país y hace que el panorama financiero nacional sea inestable, no diversificado y poco sostenible.
Es cada vez más evidente la negativa de cientos de entidades alrededor del mundo a ofrecer créditos externos al país, así como a mantener relaciones bancario-financieras y comerciales por temor a represalias. Las medidas coercitivas unilaterales continúan siendo un obstáculo innegable, que limita notablemente los marcos financieros nacionales integrados para el logro de los ODS.
Bajo el liderazgo de las autoridades nacionales, el Sistema de las Naciones Unidas también ha contribuido al avance de los ODS y de nuestro Plan Nacional para el Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 con la provisión de medios de implementación tanto a nivel nacional como local, de una manera articulada a las prioridades acordadas en el Marco de Cooperación para el Desarrollo Sostenible.
El programa «Apoyo a la conformación del Marco Nacional Integrado de Financiamiento para los ODS en Cuba» (CIFFRA), es parte de las iniciativas financiadas por el Fondo conjunto ODS del Sistema de las Naciones Unidas.
Como parte de este concepto, CIFFRA se propuso evaluar y repensar las estrategias de política dirigidas a incrementar, diversificar y optimizar las fuentes de financiamiento al desarrollo en Cuba. Durante 33 meses (julio 2020 – marzo 2023) CIFFRA llevó a cabo un amplio programa de ejercicios de diagnósticos y recomendaciones sobre las políticas de financiamiento al desarrollo en el país.
Esto permitió identificar que se necesita trabajar en áreas como la captación y diversificación de recursos externos para el desarrollo de infraestructura; explorar las oportunidades de acceso a bancos regionales y subregionales de desarrollo; la gestión de la deuda externa, la capacitación en mecanismos innovadores de financiamiento; en una estrategia de financiamiento para la transformación productiva e inserción internacional y en la utilización de la ciencia, la tecnología y la innovación para modernizar y optimizar los procesos productivos. Estos son ámbitos que se beneficiarían de la asistencia técnica a nivel internacional y por parte de las entidades del Sistema de NN.UU.
En mayo de 2024 el MEP, el Banco Central de Cuba (BCC) y el PNUD, con el auspicio del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), organizaron la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo en La Habana. Durante dos días, más de 150 delegados nacionales e internacionales debatieron soluciones alternativas y generaron alianzas en torno a los desafíos de Cuba para financiar su desarrollo. Este espacio, como continuidad de CIFFRA, permitió identificar áreas de trabajo para enfrentar los particulares desafíos del país en el financiamiento al desarrollo y contribuyó a la formación de capacidades.
Este tipo de iniciativa contribuye a que los socios internacionales para el desarrollo alineen mejor sus programas con las prioridades de Cuba y aseguren una cooperación al desarrollo eficaz y sostenible, pues permite conocer en profundidad los desafíos que enfrenta el país.
Del mismo modo, los socios internacionales deben conocer y familiarizarse con el Plan Nacional para el Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, donde se identifican las prioridades nacionales de desarrollo. El proyecto CIFFRA con el PNUD también constituye una referencia para identificar las necesidades en materia de financiación.
Igualmente, se deben desarrollar proyectos que promuevan la sostenibilidad a largo plazo, asegurando que las inversiones no solo resuelvan problemas inmediatos, sino que también creen las bases para un desarrollo económico y social sostenible.
Es importante asegurar que los programas de cooperación incluyan componentes de resiliencia climática, como el impulso de energías renovables, la adaptación al cambio climático y la gestión de desastres naturales, áreas en las que Cuba tiene experiencia y también necesita apoyo adicional.
Adicionalmente, se debe garantizar que la financiación en condiciones favorables se proporciona allí donde más se necesita, teniendo en cuenta medidas que vayan más allá del PIB para fundamentar el acceso de los países en desarrollo a la misma y a la cooperación técnica.
En conclusión, para que los socios internacionales sean realmente eficaces en sus esfuerzos de cooperación con nuestro país, deben adoptar un enfoque basado en el respeto a la soberanía, la co-creación de soluciones y la adaptación a las realidades nacionales. La clave es asegurar que la cooperación se alinee con las prioridades nacionales de Cuba y que promueva el desarrollo sostenible a largo plazo. De este modo, Cuba podrá continuar avanzando en sus objetivos de desarrollo y alcanzar un futuro más próspero y sostenible.
Muchas gracias.