Intervención del Viceministro de Comunicaciones de Cuba, Ernesto Rodríguez Hernández en la décima sesión sustantiva del Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre la seguridad y el uso de las TICs 2021-2025.

Señor Presidente,

El Grupo de Trabajo de Composición Abierta ha demostrado con creces su valor. Ha logrado resultados concretos con la anuencia de todos los Estados. Debe mantener ese propósito con vistas a su sesión final. Solo un resultado que surja del ejercicio conjunto contribuiría a su aplicación global.  

Si bien las amenazas cibernéticas que socavan la soberanía de los Estados e interfieren directamente en sus asuntos internos, no son nuevas, se regularizan y complejizan a partir del avance vertiginoso de la tecnología. Por ejemplo, el creciente uso de inteligencia artificial en ataques cibernéticos sofisticados, puede poner en riesgo el funcionamiento de infraestructuras críticas y de la sociedad en general.

Por tanto, consideramos cada vez más urgente la necesidad fundamental de que se rechace el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones como pretexto para la guerra y el intervencionismo.

Al propio tiempo, se precisa de la oposición expresa al uso de las TIC y las plataformas digitales para campañas de desinformación y manipulación política.

Asimismo, debemos blindar a nuestras naciones contra la noción que defiende el uso de la fuerza como una respuesta legítima ante un ataque cibernético. Para ello, debe establecerse, como una obligación global, el uso exclusivamente pacífico de las TIC, de manera que se privilegie su potencial para el desarrollo social y económico. Deben prohibirse, igualmente, la militarización del ciberespacio y las operaciones cibernéticas ofensivas.

A medida que avanzamos hacia la elaboración del informe final, enfatizamos que es crucial que dicho documento refleje expresamente estas máximas como principios o compromisos colectivos. Es deber de todos los Estados asegurar que el ciberespacio no se convierta en un campo de batalla, sino que se preserve como un recurso para el bien común.

Adicionalmente, entre las medidas de cooperación para enfrentar las amenazas, el informe final del GTCA podría recoger también el propósito de los Estados de trabajar juntos para establecer una terminología común en la identificación y respuesta a incidentes cibernéticos, lo cual facilitaría el intercambio, el entendimiento mutuo y la cooperación.

Otro aspecto crítico que requiere nuestra atención, es la significativa brecha tecnológica que enfrentan los países en desarrollo, lo cual limita sus capacidades para enfrentar amenazas actuales y potenciales. Es esencial que el informe final del GTCA establezca compromisos que contribuyan a reducir esta brecha, mediante la proporción de asistencia técnica; así como la transferencia de tecnología y equipamiento a los países en desarrollo que le permitan fortalecer la seguridad en el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones.

Estas iniciativas deben ir acompañadas de un compromiso firme de eliminar las medidas coercitivas unilaterales, las cuales obstaculizan las posibilidades de los países sobre los que se aplican para crear un entorno cibernético seguro.

Las acciones mencionadas pueden contribuir a un entorno más seguro en el uso de las TIC. Sin embargo, insistimos en nuestra consideración de que la manera más efectiva de identificar y enfrentar de manera conjunta las amenazas cibernéticas radica en la adopción de un instrumento internacional jurídicamente vinculante, que establezca claras obligaciones para todos los Estados. Hacia ese propósito debe avanzarse.

Muchas gracias.