Intervención sobre “El impacto del unilateralismo y las prácticas intimidatorias en las relaciones internacionales”.

Señor Presidente:

Nos sumamos a la declaración de la República Bolivariana de Venezuela en nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas.  

Agradecemos a la República Popular China por la convocatoria de esta reunión.

En un mundo cada vez más interconectado, las relaciones internacionales deben basarse en el respeto mutuo, la cooperación y el estricto cumplimiento del Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, hoy transitamos por un camino peligroso, donde el unilateralismo y las prácticas intimidatorias amenazan el desarrollo, la paz y la seguridad internacional. 

Cuba, comprometida con el multilateralismo como principio irrenunciable para un orden internacional democrático, justo y equitativo, se opone resueltamente a las medidas coercitivas unilaterales, que son contrarias al Derecho Internacional; a las guerras comerciales y los aranceles punitivos, que violan la Carta de las Naciones Unidas, afectan el comercio internacional y la economía mundial y agravan la enorme brecha entre los países desarrollados y en desarrollo, en un contexto en que la exclusión social, las desigualdades y la pobreza afectan a millones de personas en el planeta.

Es paradójico que los Estados Unidos, el país sede de las Naciones Unidas, sea hoy el principal promotor de políticas que socavan la esencia misma del multilateralismo, al abandonar organismos y tratados internacionales e impulsar una agenda de política exterior basada en el chantaje y la coerción económica y política. Al propio tiempo, apoyan y participan, sin reparos, en la expansión del genocidio contra el pueblo palestino. Estas acciones, a la sombra de intereses mezquinos y egoístas, son herramientas de dominación que perjudican, sobre todo, a las naciones del Sur. 

El gobierno de los Estados Unidos, cuyas políticas neoliberales han enriquecido durante décadas a sus corporaciones a costa de los recursos de naciones en desarrollo, recurre ahora a aranceles vengativos que profundizan la brecha entre ricos y pobres. Estas medidas no solo son injustas, sino que obstaculizan la consecución de la Agenda 2030 y el derecho al desarrollo de nuestros pueblos.  La guerra comercial podría llevar a una recesión global y agravar los crecientes retos generados por el orden internacional actual, con un impacto negativo, en particular en los países en desarrollo. 

El pueblo cubano conoce los dañinos efectos de la guerra económica impuesta por los Estados Unidos. Durante más de seis décadas se han empeñado deliberadamente en asfixiar la economía nacional, sabotear y poner obstáculos significativos para impedir nuestro crecimiento y desarrollo.

El criminal e ilegal bloqueo económico contra Cuba limita su potencial productivo, comercial y tecnológico, obstaculiza sus relaciones comerciales con cualquier país del mundo, incluidos los Estados Unidos, a pesar de la cercanía geográfica y de los potenciales beneficios para ambos pueblos. La reinclusión de Cuba en la ilegal lista de Estados patrocinadores del terrorismo, refuerza el enorme daño económico y humanitario que genera el bloqueo.

Se suma ahora la campaña ignominiosa contra la cooperación médica que Cuba brinda a más de cincuenta naciones en diversas latitudes. El gobierno estadounidense promueve calumnias políticamente motivadas en el afán de agredir a Cuba y afectar negativamente sus relaciones de cooperación, sin medir el daño para los pueblos que necesitan estos servicios elementales y su derecho a la salud y a la vida.

Señor Presidente:

Reiteramos nuestro llamado urgente a reformar la arquitectura financiera y el sistema de comercio internacional. Deben fortalecerse el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo y promoverse cadenas de suministro sustentables que prioricen su crecimiento económico y acceso equitativo a los mercados.

El unilateralismo y el proteccionismo, incluidas las restricciones unilaterales al comercio, son incompatibles con los Acuerdos de la Organización Mundial del Comercio y deben ser eliminados.

Reafirmamos el papel de la Organización de las Naciones Unidas como principal baluarte para hacer frente a las amenazas mundiales. La humanidad precisa de más solidaridad, cooperación y diálogo, y de un compromiso firme y renovado con el multilateralismo, para garantizar la convivencia pacífica, preservar la paz y la seguridad internacional, y encontrar soluciones duraderas a los problemas sistémicos. 

Reiteramos el apoyo de Cuba a las iniciativas globales propuestas por China, que son expresión de su voluntad de defender la paz en el mundo, el multilateralismo, la igualdad entre las naciones y los pueblos, la apertura de posibilidades para todos y la complementariedad, así como el rechazo al hegemonismo y las políticas unilaterales.

Las relaciones de amistad y cooperación entre las naciones deben prevalecer sobre el egoísmo y la coerción.

Muchas gracias.