Queridos amigos,
Nos emociona constatar, una vez más, que tenemos tantos y tan buenos amigos aquí. El trabajo que ustedes han desarrollado durante todos estos años ha sido particularmente importante y útil. Ustedes saben muy bien lo que significan estas expresiones de solidaridad para un país como Cuba, pequeño y bloqueado, pero rebelde y que continúa y continuará resistiendo.
Para los cubanos ha sido fundamental el firme respaldo que hemos recibido siempre de los hijos dignos de este país, que son los mismos que en número cada vez mayor exigen el levantamiento incondicional del bloqueo y que se construya una relación normal entre ambas naciones.
Hemos seguido con mucha atención los debates en los paneles y talleres que se celebraron en la Conferencia. Se han abordado cuestiones de alta sensibilidad, tales como el papel de Cuba en la liberación de África; la democracia en Cuba; el tema racial; y el empoderamiento de la mujer; así como problemáticas directamente vinculadas con el estado actual de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos como la devolución del territorio ilegalmente ocupado en Guantánamo y la batalla contra el bloqueo, entre otros.
Mención aparte merece, por lo que significa para todos nosotros, el espacio dedicado a recordar el legado de nuestro Comandante en Jefe y Líder Histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro.
De Fidel podrían decirse tantas cosas que resultaría imposible resumirlas en pocas palabras. De Fidel pueden destacarse la solidez de su pensamiento político y su condición de Estadista de primer orden; la virtud que siempre practicó de mantener una conexión constante y directa con su pueblo. Él es uno de los más altos exponentes en nuestro tiempo de las ideas que enarbolaron los Libertadores de América.
Fidel fue y sigue siendo hoy la voz de la rebeldía, de la resistencia, de la esperanza de los pueblos del mundo por alcanzar un futuro mejor. Nos enseñó y nos continúa enseñando que la lucha por la justicia social no tiene fronteras. Fidel convirtió la solidaridad con otros pueblos del mundo en una cualidad esencial de la Revolución cubana.
Fidel también fue y es la expresión más acabada de la perseverancia, de la convicción de no aceptar bajo ningún concepto la derrota y mantener una inquebrantable fe en la victoria. Esa condición se ha convertido en un atributo de todo nuestro pueblo y ha marcado lo que ha sido y lo que es hoy la Revolución cubana, que ha resistido con firmeza casi 60 años de agresiones y férreo bloqueo.
Fidel sigue y seguirá estando vivo en cada uno de nosotros, porque de Fidel nunca se podrá hablar en pasado.
La gran cantidad de temas abordados y la profundidad de las discusiones en esta Conferencia son una expresión clara del interés de los participantes en abarcar lo más ampliamente posible los elementos que caracterizan la sociedad cubana de hoy, en la que el denominador común ha sido y es el enorme esfuerzo que realiza la Revolución por alcanzar niveles cada vez más altos de justicia social para todos.
Y como ustedes saben bien, y lo saben mejor que nadie porque viven y trabajan aquí, ese esfuerzo que hace la Revolución se desarrolla en condiciones muy difíciles como consecuencia de la política de bloqueo, que es el mayor obstáculo para nuestro desarrollo.
De modo que la batalla no ha terminado, y por eso consideramos vital que en la Conferencia se hayan dedicado varios paneles a pasar revista al trabajo del movimiento de solidaridad con Cuba, analizar sus perspectivas y trazar metas para las acciones futuras.
En ocasiones hemos conversado con algunas personas que creen, de buena fe y quizás debido a que no tienen toda la información, que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos significó el fin de todos los problemas. Ustedes saben muy bien que no es así.
Se han registrado algunos avances en los vínculos bilaterales, principalmente en los asuntos diplomáticos, el diálogo y la cooperación en varios temas de interés común. Pero estos pasos, junto a las medidas ejecutivas adoptadas por el anterior Gobierno de los Estados Unidos, aunque están en el camino correcto, resultan insuficientes.
La realidad es que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba sigue en vigor, incluyendo su alcance extraterritorial, y sigue causando enormes daños y privaciones a nuestro pueblo y a nuestra economía.
La realidad es que sigue pendiente la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guantánamo, en contra de la voluntad del pueblo cubano.
Por todo ello, Cuba continuará presentando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el proyecto de resolución titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.
Por eso el pueblo cubano continuará exigiendo el respeto a su soberanía y su integridad territorial.
Y en esa batalla, la acción solidaria y la movilización de ustedes son necesarias hoy más que nunca.
En este mundo de hoy, en el que subsisten tantas injusticias, en el que han resurgido con inusitada fuerza concepciones racistas y xenofóbicas, en el que se profundizan las desigualdades y prevalece un orden económico injusto y en el que se pretende imponer a los pueblos la filosofía de la guerra, la labor de ustedes no sólo tendrá un beneficio para Cuba, sino que trascenderá nuestras fronteras y formará parte de la lucha por ese mundo mejor que creemos posible.
Queridos amigos,
Salgo de esta Conferencia convencida de que el saldo más importante de las discusiones en estos dos días ha sido que hemos trabajado juntos con un mismo objetivo. Nuestra historia pasada y presente nos ha enseñado que sólo la unidad abre el camino hacia la victoria. Podemos y debemos marchar unidos para lograr ese gran objetivo que nos hemos propuesto, aun cuando haya diversidad en los puntos de vista, porque la diversidad enriquece y ayuda si, como en este caso, tenemos objetivos comunes.
Queda mucho camino por andar y ustedes pueden tener total seguridad de que Cuba continuará trabajando para lograr una relación normal con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad, la reciprocidad y el respeto a la soberanía de nuestro país.
El presidente cubano Raúl Castro Ruz dijo en la más reciente Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en enero pasado en la República Dominicana, y cito: “Cuba y Estados Unidos pueden cooperar y convivir civilizadamente, respetando las diferencias y promoviendo todo aquello que beneficie a ambos países y pueblos, pero no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.”
Esa sentencia nos lleva a evocar nuevamente a nuestro Comandante en Jefe Fidel, porque de él, los cubanos aprendimos que una Revolución socialista, para ser verdadera, debe mantener la firmeza en los principios. Y, como ya expresamos en otro encuentro que tuvimos con nuestros hermanos de Harlem, no deben existir dudas de que seguiremos defendiendo esos principios hoy y en el futuro, sea cual sea el escenario.
Y tenemos la profunda convicción de que en esta batalla, que no ha terminado, seguiremos contando con el firme respaldo y el acompañamiento de ustedes.
¡Viva Cuba libre!
Patria o Muerte ¡Venceremos!