El Ministro de Relaciones Exteriores de la nación caribeña, en nombre de esa institución cubana, protestó enérgicamente y denunció «esta decisión infundada e inaceptable, así como el pretexto utilizado para justificarla, al afirmarse que el gobierno de Cuba no adoptó todas las medidas adecuadas para prevenir los alegados incidentes».
Poco después de las declaraciones de Bruno, comunicados y pronunciamientos a través de redes sociales comenzaron a circular, expresando el apoyo a nuestro país y las preocupaciones por la decisión del Gobierno estadounidense.
Venezuela manifestó su solidaridad con el pueblo y Gobierno cubanos, y en nombre del presidente Nicolás Maduro, la Cancillería cuestionó la decisión de Washington de cesar a 15 diplomáticos cubanos del país norteño, aun cuando las investigaciones no arrojaron resultados sobre la ocurrencia de la presunta agresión.
Los vínculos ya se habían afectado luego del anuncio en junio del presidente norteamericano Donald Trump sobre redirigir hacia una nueva política los lazos con la nación caribeña, de acuerdo con la institución gubernamental.
De igual modo, el gobierno venezolano manifestó su profunda preocupación y denunció que las medidas diplomáticas de Estados Unidos son infundadas e inaceptables.
Asimismo, el mandatario boliviano Evo Morales expresó su solidaridad con «el hermano Raúl Castro y el pueblo cubano. Muros y expulsiones nos unen, fortalecen nuestro espíritu antimperialista».
Evo, a través de la red social Twitter, criticó la decisión de Estados Unidos y afirmó: «Qué paradoja. EE.UU expulsa diplomáticos cubanos acusados de improbados ataques acústicos, cuando se recuerda 43 años de escándalo Watergate».
Desde Estados Unidos, la organización política con sede en Washington, Engage Cuba, dijo a través de un comunicado que expulsar a los diplomáticos cubanos no mejorará la seguridad de los funcionarios estadounidenses y, por el contrario, tendrá un impacto negativo en las familias, a ambos lados del estrecho de La Florida.
En tanto, el senador demócrata Ben Cardin (Maryland) expresó su preocupación ante la posibilidad de que este asunto pueda agudizar las tensiones diplomáticas y complicar la capacidad para llevar a cabo una investigación exhaustiva de tales hechos.
Para el legislador, Estados Unidos no debería tomar medidas que pudieran socavar las relaciones bilaterales con Cuba y las políticas estadounidenses encaminadas a promover intereses estratégicos nacionales en el hemisferio.
Para la congresista del partido azul Barbara Lee (California), el gobierno de Donald Trump utiliza el tema de los diplomáticos para avanzar en su objetivo de revertir el progreso histórico entre Estados Unidos y Cuba.
Sacar a los funcionarios cubanos no garantizará la seguridad de los estadounidenses, solamente nos llevará hacia atrás y pondrá en peligro la restauración de los lazos entre nuestros dos países, estimó la representante.
Por su parte, Alex Soza, el coordinador del Partido Comunista de Chile en Cuba, a través de un comunicado afirmó que sus militantes, simpatizantes y amigos residentes en Cuba «respaldan fraternalmente las denuncias del Gobierno de Cuba ante las medidas, represalias, del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, frente a infundadas acusaciones».
El documento también refirió que la nación caribeña «mantiene un estricto respeto y defensa de su soberanía e independencia, cosa muy contraria a lo que puede mostrar los EE.UU de Norteamérica en muchas partes del mundo».
Asimismo, la Asociación Martiana de Cubanos residentes en Panamá rechazó firmemente la expulsión de los diplomáticos caribeños en Washington, y apoyó y respaldó el pronunciamiento del canciller de la Isla.
Desde Bogotá, el Movimiento Colombiano de Solidaridad con Cuba (MCSC) rechazó la decisión de reducir el personal diplomático cubano en Washington a partir de argumentos infundados que conducen a un retroceso de las relaciones bilaterales.
A través de un comunicado, el grupo solidario indicó que las acciones del presidente estadounidense violan la Convención de Viena de 1961.