Ayer Cuba entró victoriosa en La Habana, hoy es más grande la responsabilidad ante el pueblo.

Tras navegar en un jubiloso río de pueblo más de mil kilómetros, la Caravana de la Libertad llegó a La Habana el 8 de enero de 1959 con el Comandante Fidel Castro Ruz al frente, para iniciar el complejo proceso de la Revolución en el poder, tras vencer al sanguinario régimen local, apoyado por Estados Unidos.

Las fotos nos acercan a una epopeya que, aunque pueda parecer lejana en el tiempo, mantiene actualidad al continuar la batalla contra el mismo enemigo de siempre: las administraciones yanquis que armaron y financiaron la dictadura de Fulgencio Batista e implantaron el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, vigente ya hace más de seis décadas.

Cada año, jóvenes cubanos reeditan la histórica caravana, que partió la madrugada del 2 de enero de 1959 rumbo a La Habana desde Santiago de Cuba, por el camino viejo de El Cobre y por la Carretera Central hasta Palma Soriano.

Al paso por Jiguaní, la población formó un corredor humano. En Santa Rita el pueblo copó ambos lados. La caravana del triunfante Ejército Rebelde se detuvo en Cautillo y, a las 11 de la noche, llegó al Ayuntamiento de Bayamo.

En horas de la tarde del 3 de enero de 1959 arribó al Instituto Politécnico de Holguín, donde le hacen una entrevista de prensa a Fidel. Ese mismo día, el líder de la Revolución se reúne con el Comandante Camilo Cienfuegos, quien había ido desde Las Villas a informarle cuestiones importantes.

Pasa luego la Caravana por Las Tunas y entra en áreas camagüeyanas al amanecer del 4 de enero. En la mañana ingresan los rebeldes a la ciudad agramontina, con recibimiento en el Regimiento No. 2 Ignacio Agramonte.

El día 5 el Che viaja a Camagüey para informar a Fidel, y ese mismo día arriba la Caravana a Santa Clara. Al mediodía del 5 de enero el Jefe del Ejército Rebelde habla al pueblo en el Parque Leoncio Vidal. Lo invitan a Cienfuegos y hacia allá parte, incluso, acude a la Base Naval de Cayo Loco, donde dialoga con oficiales de la Marina del derrocado Gobierno batistiano.

En la madrugada del 7 de enero les dirige emocionadas palabras a los cienfuegueros frente al parque José Martí, y rinde homenaje a los héroes del levantamiento del 5 de septiembre.

Por la mañana la Caravana llega a la cervecería de Manacas, y la siguiente parada la hace en la ciudad matancera de Colón; luego, tarde en la noche, entra Fidel en la capital de esa provincia, donde pronuncia un discurso desde el balcón del Palacio Municipal.

En la madrugada del día 8 de enero llegan a Cárdenas, y el Comandante visita la casa de José Antonio Echeverría. Allí abraza a la madre del mártir, a sus familiares, acude al cementerio, deposita flores y le rinde homenaje.

En el Cotorro, ya en territorio habanero, el Jefe de la Revolución se abraza con su hijo Fidelito, y en la Virgen del Camino se le suma el Comandante Camilo Cienfuegos.

La Caravana pasa frente al Castillo de Atarés, los elevados del ferrocarril y la central termoeléctrica de Tallapiedra.

Frente a la sede de la Marina de Guerra, atado al muelle, está el yate Granma. Fidel se baja del tanque y aborda la embarcación, en unión de una comitiva de oficiales rebeldes. La Caravana se desvía por la avenida de Las Misiones y llega al Palacio Presidencial.

Desde su terraza norte, el presidente provisional Manuel Urrutia presenta al máximo líder y este le habla al pueblo.

La Caravana avanza por Malecón y sube por la calle 23. En Radiocentro conversa con artistas, y en medio de la alegría popular llega a Marianao, donde Fidel se dirige al pueblo congregado frente al campamento militar de Columbia.

«Se ha andado un trecho, quizá un paso de avance considerable. Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el Gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas. Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba», dijo Fidel.

El acto que cerró el recorrido de la Caravana de la Libertad terminó alrededor de las dos de la madrugada del día 9 de enero de 1959.

El 17 de enero de 1959 Fidel visita Pinar del Río. El recorrido incluyó las cabeceras municipales de Candelaria, San Cristóbal, el parque de San Diego de los Baños (en Los Palacios), Consolación y la ciudad de Pinar del Río.

Terminaba victoriosa la etapa de la lucha armada; comenzaba otra etapa, no menos difícil, en la que aún continuamos la batalla contra el mismo enemigo: el imperialismo yanqui.

(Fuente: Periódico Granma)

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