Los días 18 y 19 de noviembre se celebrará en La Habana la Cuarta Conferencia La Nación y la Emigración. Sobre la relevancia de este evento, cómo caracterizar la relación de Cuba con la emigración y la actividad de las asociaciones de cubanos residentes en el exterior, así como el impacto de las nuevas medidas migratorias en esos vínculos, Cubadebate conversó con Laura Ivet Pujol Torres, subdirectora general de la Dirección General de Asuntos Consulares y Atención a Cubanos Residentes en el Exterior (Daccre).
¿Cuáles serán los principales temas de la venidera Conferencia La Nación y la Emigración?
–Dialogaremos sobre una amplia variedad de temas. Será una agenda apretada, sábado y domingo, a tiempo completo, teniendo en cuenta el importante esfuerzo personal que realizan muchos de los invitados para viajar a Cuba. La expectativa es poder hablar de todo, la agenda se organiza alrededor de esa idea de acercarnos cada vez más a una relación fluida con amplias esferas de participación en diferentes aspectos de la sociedad: cultura, deporte, ciencia y tecnología, negocios, política y comunicación social.
“Estamos abriendo un espacio particular para dar a conocer los cambios significativos ya adoptados, pero de poca divulgación, en las posibilidades que tienen los cubanos residentes en el exterior para participar en proyectos de desarrollo local, en inversiones y otras oportunidades de negocios.
“Durante las jornadas de debates antes, durante y posteriormente a la celebración del encuentro en La Habana, aspiramos a estimular los vínculos con las nuevas generaciones de cubanos residentes en el exterior, mediante el fortalecimiento de los nexos culturales e históricos con su país o el de sus padres.
“La tarea es contar con el concurso de todos los cubanos dispuestos a aportar, con independencia de donde vivan; que todos se sientan parte, que contribuyan a enaltecer el orgullo nacional y rechazar el esfuerzo por denigrar, vulgarizar y distorsionar la cultura y las tradiciones de nuestro país.
“Nuestro mensaje es de unidad, de patriotismo y apertura a todo el que desee contribuir. Escucharemos a todos, con respeto, aun si tenemos discrepancias de diverso tipo.
“El debate se enriquecerá con las distintas experiencias, lo que permitirá conocer los principales obstáculos que encuentran, consecuencia del bloqueo o asociados a mecanismos internos de Cuba, que no permiten que el proceso fluya de manera orgánica.
“Creo que una diferencia fundamental con los eventos anteriores es que, en términos migratorios, van quedando pocos asuntos pendientes. La mayoría han ido solventándose durante estos 45 años. Aunque siempre será provechoso saber las inquietudes y sugerencias de los cubanos residentes en el exterior.
“Queremos conocer el criterio y las experiencias de los cubanos residentes en el exterior en su interacción con el servicio consular cubano, ya que con las modificaciones migratorias aprobadas, cada vez es menos frecuente la visita presencial al consulado.
“Es ahora el cónsul quien tiene que salir en busca de los cubanos y mantener ese vínculo, orientado, más allá del trámite y la asistencia consular, a preservar nuestra idiosincrasia, costumbres y raíces comunes, en particular entre los descendientes y las nuevas generaciones, para acercar a esos jóvenes al país de sus padres y sus antepasados.
“Estos son los principales aspectos que nos interesa abordar en esta cuarta conferencia, pero la reunión debe tener un efecto también al interior de nuestro país. Se estima que hoy uno de cada tres cubanos tiene familia en el exterior y, por otra parte, una buena parte de los participantes en el evento son jóvenes, emigrados en las últimas décadas y que mantienen estrechos vínculos con Cuba.
“Vivimos, en el contexto particular de nuestro continente, flujos migratorios constantes, que por estos días alcanzan cifras sin precedentes de migración masiva irregular con destino a Estados Unidos. El potencial migratorio cubano cuenta con el adicional estímulo de legislaciones específicas que lo singularizan y privilegian. La dirección de nuestras reformas migratorias ha sido la de normalizar el acto de migrar, tomando todas las medidas a nuestro alcance para que las personas que opten por hacerlo, porque eso es en última instancia una decisión individual que hay que respetar, lo hagan por vías regulares, ordenadas y seguras. Y el que quiera regresar, ya sea de visita o a fijar su residencia, que pueda hacerlo también con normalidad y sin estigmas.
“El evento nos permitirá seguir avanzando a lo interno de nuestra sociedad, en la aceptación del acto migratorio como algo natural, porque hemos sido, somos y seremos un país de migrantes. Estamos en un momento legislativo importante en que la Asamblea Nacional prepara los proyectos de ley relacionados con migración, pasaporte, extranjería y ciudadanía, que están en el calendario de la presente legislatura, por lo que todo lo discutido en el evento puede tributar tempranamente a ese proceso, independientemente de que, cuando los proyectos se hagan públicos, todos tendrán la oportunidad de participar y dar opiniones por vía electrónica, como ya viene sucediendo normalmente”.
¿Cómo caracterizar la relación de Cuba con la emigración cubana en la actualidad? ¿Qué significado tuvo el diálogo de 1978? ¿Cuáles han sido los principales aportes de estas conferencias a las relaciones de Cuba con sus connacionales en el exterior?
–Primero, hay que hacer la salvedad de que la emigración cubana es lo suficientemente heterogénea como para no caer en ninguna generalización; sin embargo, estaremos obligados a hacerlas.
“A partir del triunfo revolucionario, ha existido una relación antagónica entre una porción de los ciudadanos que migran y el Estado nación, por otra parte, a partir de los llamados Diálogos del 78, ha existido una voluntad política clara de reconocimiento y diálogo del Estado nación y una porción de sus ciudadanos que migran.
“Estos diálogos, impulsados por el Comandante en Jefe, iniciaron un proceso de recomposición, diversificación y fortalecimiento de los vínculos con los cubanos residentes en el exterior y marcaron un antes y un después en las relaciones entre Cuba y sus emigrados, por lo que deben ser entendidos como génesis de las posteriores conferencias La Nación y la Emigración celebradas en 1994, 1995 y 2004.
“Hasta aquel momento, salir de Cuba era un camino sin retorno, las leyes cubanas así lo signaban y, entre las medidas aprobadas en esa reunión, además de la liberación de más de 3 000 presos contrarrevolucionarios y por delitos asociados al acto migratorio, se adoptaron medidas para facilitar la reunificación familiar y la visita a Cuba de los emigrados. En apenas un año, más de 100 000 cubanos viajaron a Cuba. En aquel momento, aproximadamente la cuarta parte del total de los cubanos residentes en el exterior.
“En la Daccre decimos ‘diálogos’ y no ‘diálogo’, porque fueron dos encuentros: el primero, realizado entre el 20 y 21 de noviembre de 1978, donde participaron 75 figuras representativas de todo el espectro de la emigración en Estados Unidos. Posteriormente, se celebró una segunda reunión, el 8 de diciembre de 1979, en la que el número de participantes ascendió a 140. Fidel hizo hincapié en la amplitud de la convocatoria de estos encuentros, señalando que cualquier persona representativa, independientemente de su orientación ideológica, si estaba dispuesta a trabajar con seriedad por la solución de los problemas que afectaban las relaciones entre el Gobierno cubano y la comunidad cubana en los Estados Unidos, podía participar en las conversaciones.“En aquel momento, la casi totalidad de los cubanos asentados fuera de Cuba se encontraban en Estados Unidos, con pequeños núcleos históricos en España, Venezuela y México, pero a partir de finales de los años ochenta, fundamentalmente debido a la dificultad de migrar hacia los Estados Unidos, se produjo una atomización de los destinos migratorios y, con ella, la necesidad de establecer una atención a todos esos cubanos que fueron conformando enclaves bastante diferentes a lo hasta entonces conocido.
“Más que enumerar las medidas que fueron transcurriendo a lo largo de estos años, asociadas o no al momento de la celebración de las conferencias, vale la pena recalcar que a partir de ese momento se desencadenó un ejercicio de coherencia, respeto y continuo avance, aunque no exento de contradicciones.
“Desde la propia creación de la Dirección de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior en la Cancillería, resultado de la Primera Conferencia, la reactivación del servicio consular, llegando a la importante cifra de 140 consulados en 123 países, pasando por la creación y eliminación de los permisos de entrada y salida, la vigencia de viaje, las cartas de invitación, las prórrogas de estancia en el exterior, hasta llegar a las más recientes medidas que eliminan la prórroga, abaratan y extienden la validez de los pasaportes.
“Todo ha sido hecho paulatinamente, nunca bajo presión, sino porque era lo correcto como resultado del diálogo permanente, como parte de un proceso continuo e irreversible que abarca no solo las tres conferencias La Nación y la Emigración, sino muchos otros encuentros sectoriales en Cuba, con la participación de cubanos residentes en el exterior. Se destacan también los encuentros nacionales en los países con núcleos significativos de cubanos y encuentros por subregiones o continentes, realizados de manera periódica a lo largo de todos estos años, que han dado como fruto una relación orgánica con una parte de la diáspora.
“En todos esos años, la política migratoria cubana ha ido cambiando y lo ha hecho también teniendo en cuenta las ideas y contribuciones de los cubanos residentes en el exterior, que han mantenido un diálogo permanente con el Gobierno a través de estos mecanismos”.
¿Cuántas asociaciones de cubanos residentes en el exterior existen funcionan hoy? ¿Cómo se relacionan con Cuba? ¿Cuánto aportan estas asociaciones a los movimientos de solidaridad con Cuba?
–Los cubanos residentes en el exterior se han reunido en 134 asociaciones en 57 países y desde ellas han participado en la lucha contra el bloqueo y en todas las batallas internacionales de Cuba, desde Elián y los Cinco Héroes hasta la permanente denuncia de los efectos de las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos contra Cuba, así como la injusta inclusión de nuestro país en sistemas de sanciones a través de listados absurdos y totalmente infundados, como la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
“Las asociaciones han construido una relación de respeto y contribución con el movimiento internacional de solidaridad con Cuba, ganando progresivamente los cubanos, en cada uno de sus países de residencia, protagonismo y efectividad en la interrelación con aquellas. Junto a ellas, trabajan por resaltar la imagen de Cuba, pero también por apoyar a nuestra gente en momentos de dificultad, con disímiles mensajes de solidaridad, gestión de la cooperación y donaciones enviadas por nuestros connacionales residentes en el exterior.
“Esto se manifestó claramente durante la pandemia de COVID-19 y posteriormente, cuando sufrimos los tristes accidentes en el hotel Saratoga y la base de supertanqueros de Matanzas, y el azote del huracán Ian en el occidente del país.
“Las asociaciones se preocupan, junto a nuestros consulados, por los cubanos en condición de vulnerabilidad, víctimas de trata de personas o ante accidentes o situaciones de desastre por diversas causas.
“Esto no significa que haya disminuido o mermado la hostil y recalcitrante beligerancia de otra parte de nuestros ciudadanos que entienden que ser buen cubano es promover desde sus países de residencia, y en particular desde un determinado “buen vecino” país, la asfixia económica, el aislamiento político e incluso el terrorismo y la guerra como vías para provocar un cambio de sistema político en Cuba. Que cuenten con abundantes recursos y apoyo mediático no quiere decir que estas posiciones extremistas y fascistas representen realmente una porción considerable de nuestros emigrados. Eso es lo que ellos quieren aparentar, pero no es la realidad, y su mínimo poder real de convocatoria se hace evidente cada vez que intentan organizar alguna acción que trascienda el ámbito virtual.
“Este es un sucinto recuento del panorama de los vínculos entre Cuba y sus connacionales, al que hemos llegado por el empeño en no dejarnos desviar del rumbo hacia una relación cada vez más natural, cercana y constructiva con aquellos que nacieron en Cuba y han decidido asentarse en otros países.
“Todas estas medidas han sido adoptadas en el contexto de las políticas implementadas por el Gobierno de Estados Unidos para introducir restricciones extraordinarias en la relación de Cuba con los cubanos radicados en territorio estadounidense y en otros países, y crear obstáculos adicionales para la comunicación directa y los vínculos de los cubanos residentes en el exterior y sus familias y allegados en Cuba.
“En vísperas del 45 aniversario del Diálogo del 78, encuentro que marcó un punto de inflexión en las relaciones de Cuba con los cubanos en el exterior, volvemos al formato de las conferencias en Cuba, para sentarnos a dialogar, debatir y proyectar el futuro de estas relaciones, bajo el signo de una mayor participación de los cubanos residentes en el exterior en todos los ámbitos de la vida del país”.
¿Qué impacto han tenido las nuevas medidas migratorias relacionadas con los pasaportes en la comunidad de cubanos residentes en el exterior?
–Creo que la mejor muestra de la aceptación que han tenido entre los cubanos residentes en el exterior las medidas relacionadas con el costo, la eliminación de la prórroga y la extensión a 10 años de la validez del pasaporte, es el importante incremento registrado en estos servicios y el hecho de que casi la mitad de los mismos correspondan a nuevas solicitudes; o sea, personas que por años no habían confeccionado sus pasaportes y han aprovechado esta oportunidad.
“Esperamos, además, a mediano plazo, que ello influya en un aumento de las visitas a Cuba”.