La Habana, Cuba. La primera carga al machete, dirigida por Máximo Gómez el 26 de octubre de 1868, marcó un hito y se convirtió en un método de lucha para las fuerzas mambisas que se enfrentaban a tropas enemigos numéricamente superiores y muy bien armadas. Mientras que el 26 de octubre de 1959, ante millón y medio de cubanos concentrados frente al Palacio Presidencial, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz anuncia la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y denuncia ante el mundo los salvajes bombardeos de aviones piratas contra la población civil de La Habana y otras ciudades.
Ambos acontecimientos simbolizan el espíritu de lucha del pueblo cubano, desde el inicio mismo de las guerras por la independencia hasta el triunfo de la Revolución y se extiende hasta nuestros días en un mensaje irrevocable de defensa de la libertad y la independencia de la patria.
En el primer ejemplo, ante la inmensa superioridad de las fuerzas enemigas, una columna de 700 soldados españoles al mando del Coronel Quirós que cae en una emboscada cuando se trasladaban de Santiago a Bayamo, Gómez decide atacarlos a corta distancia y machete en mano, con la determinación de vencer, el resultado del combate fue desastroso para la columna española que tuvo que retirarse después de tener decenas de muertos y heridos; los mambises solo tuvieron algunos heridos. A partir de ese momento, las fuerzas cubanas que llegaron a tener al internacionalista dominicano como su General en Jefe, escribieron gloriosas páginas que se repetirían en las tres guerras contra España entre 1868 y 1898.
En el segundo caso, es muy simbólico el origen de las gloriosas MNR, que se convirtieron en bastión inexpugnable del pueblo organizado para su defensa, a pocos meses del triunfo revolucionario del 1ro de enero de 1959. Así se demostró poco tiempo después, al derrotar en menos de 72 horas la invasión mercenaria por Playa Girón en abril de 1961 que dirigió el imperialismo yanqui.
Al conocer Fidel de la existencia de una pequeña banda dirigida por un prófugo de la justicia revolucionaria, pidió reunir a 12 campesinos de la región de Viñales en Pinar del Río, a quienes propuso organizarse, armarse y operar contra la cuadrilla. Leandro Rodríguez Malagón, a quien todos conocían por su segundo apellido, fue designado jefe de la patrulla conocida desde entonces como “Los Malagones”.
Ese 26 de octubre, Fidel manifiesta en su discurso: “Y hacemos el juramento de pueblo, de ustedes y nosotros, que ¡o triunfa Cuba o moriremos todos!, porque más que nunca hacemos nuestras las palabras de nuestro Himno cuando dice: ¡Al combate corred cubanos, que la patria os contempla orgullosa; no temáis una muerte gloriosa, ¡que morir por la patria es vivir!”.
Las MNR jugaron un papel fundamental en la defensa de la Revolución Cubana, actuando como una fuerza popular para proteger el país de amenazas internas y externas. Su papel incluyó defenderse de la agresión militar de Estados Unidos, neutralizar acciones de grupos contrarrevolucionarios y terroristas, participar en combates -como los de Playa Girón- y servir en funciones de guardia para proteger infraestructura clave frente a los grupos de la contrarrevolución. También promovieron la unidad social al integrar a personas de diversos orígenes en la defensa de la patria. Las Milicias se convirtieron en un símbolo de unidad y participación popular, invitando a obreros, campesinos y estudiantes a entrenar y a tomar las armas para defender el nuevo proyecto revolucionario. (Cubaminrex / Embacuba Paraguay)
