Declaración del PC (Suiza): No más sanciones estadounidenses: ¡Solidaridad con Cuba!

Estos días se oye hablar de nuevo de Cuba, obviamente en términos negativos. No sólo se pretende demostrar que el Partido Comunista de Cuba es incapaz de gobernar la isla, sino también presentar el sistema económico socialista como un fracaso. La realidad, sin embargo, es mucho más compleja y debe situarse en el contexto adecuado.

No cabe duda de que la interrupción de la red eléctrica (entretanto restablecida en parte del territorio del país), junto con las fuertes lluvias y el huracán, aporta tensión a la situación económica y sociopolítica de la isla. Nadie niega que Cuba atraviesa un periodo de enormes dificultades económicas, pero no se debe tanto a la incapacidad de impulsar reformas (que, por otra parte, no han faltado): es, al contrario, consecuencia principalmente del feroz bloqueo económico, financiero y comercial que Estados Unidos impone desde hace más de medio siglo, en abierto contraste con las resoluciones de la ONU.

Además, este embargo también afecta indirectamente a Suiza al impedir que nuestras empresas inviertan en la isla. En violación del Derecho internacional, Estados Unidos (obviamente sin temer ninguna reacción de nuestro Consejo Federal, que es fuerte con los débiles y débil con los fuertes) impide, por ejemplo, a los suizos residentes en Cuba acceder a sus pensiones.

Esta arrogancia típicamente imperialista volverá a ser condenada durante la Asamblea General de la ONU que comienza el 29 de octubre, en la que se votará por 32ª vez una resolución contra el embargo a Cuba. La Confederación debería protestar contra estos dictados extraterritoriales de EE.UU., volver a una política exterior autónoma y aplicar por fin la decisión del Consejo Nacional sobre el postulado nº 20.4332, que pide a Suiza que adopte medidas concretas contra el bloqueo económico.

En los últimos días, la Radio y Televisión Suiza -financiada por el canon de radiodifusión que pagamos- ha llegado a cuestionar descaradamente el impacto del embargo y las sanciones de EEUU contra Cuba, demostrando no sólo que únicamente se atiene a la narrativa de las agencias de prensa atlánticas, en deferencia al tan cacareado pluralismo, sino también un vergonzoso servilismo político a EEUU, humillando así la tradicional neutralidad suiza.

Desgraciadamente, están surgiendo tendencias derrotistas en la izquierda suiza, tanto en el lado socialdemócrata (cegado por la cultura liberal- europeísta) como en el lado trotskista. Estos últimos, en particular, que siempre han sido hostiles a la Revolución, utilizando una retórica de extrema izquierda, aprovechan los «blackout» no para denunciar el imperialismo, sino para atacar a las autoridades cubanas, acusándolas de corrupción y de haber restaurado el capitalismo en la isla. Se trata de una crítica venenosa, un verdadero acto de chacalería, destinado a confundir y dividir, cuando ante esta emergencia lo que se necesita es la máxima unidad y solidaridad de todas las fuerzas progresistas, no sólo por respeto a un pueblo que sufre pero resiste con dignidad, sino también para defender el principio de soberanía nacional frente a la injerencia norteamericana y los intentos de desestabilizar el país. De hecho, hay que recordar que a pesar de esta situación tan difícil, el pueblo cubano y sus instituciones revolucionarias están reaccionando, resistiendo, luchando y logrando mantener importantes derechos sociales como la educación y la sanidad gratuitas que en otros países ya habrían sido desmanteladas.

Debe quedar claro que el objetivo del imperialismo estadounidense es asfixiar definitivamente la economía de Cuba para derrocar al gobierno que defiende su independencia y convertirla de nuevo en una colonia. En sus intenciones, esto servirá a un doble propósito: aplastar entre los jóvenes y los trabajadores la idea misma de que las reglas del capitalismo pueden ser superadas, y hacerles creer que el sistema atlántico es invencible, frenando así el desarrollo de un mundo multipolar. Por lo tanto, también debemos tener en cuenta la infiltración de provocadores entre la población en dificultad para exacerbar el descontento en función política.

Renovamos nuestra solidaridad con el Partido Comunista de Cuba y la Central de Trabajadores de Cuba, los técnicos y los trabajadores, que se esfuerzan por restablecer los servicios a la población. Los gobiernos de Rusia, Venezuela, Colombia y México ya han actuado para ayudar a Cuba, esperamos también este gesto de Suiza y apoyaremos la activación de líneas de ayuda material a través de las asociaciones de solidaridad internacionalista que operan en Suiza y Europa para que se puedan enviar artículos de primera necesidad y todo lo necesario para hacer frente a esta gravísima situación.

Bellinzona (CH), 23 octubre 2024

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