El gobierno de Donald Trump ha incrementado la arremetida contra el pueblo cubano mediante sanciones cada vez más severas; pero al igual que hace 60 años, la población de la Mayor de las Antillas y sus líderes, con el legado de Fidel Castro, siguen resistiendo y siendo un ejemplo de dignidad para el mundo. Así lo destacó a Diario VEA el nuevo embajador de la tierra de Martí en Venezuela, Dagoberto Rodríguez Barrera, quien asumió la responsabilidad en nuestro país el pasado mes de octubre.
Durante el diálogo en la sede diplomática ubicada en Chuao, narró el impacto que están generando las medidas más recientes de la gestión con asiento en Washington.
– ¿Cómo se ha visto afectada la vida cotidiana del pueblo cubano con las nuevas medidas impuestas por Estados Unidos?
-El bloqueo es algo presente en la vida cotidiana de los cubanos de muchas maneras. El 77% de los cubanos que reside actualmente en Cuba nació bajo el bloqueo. Nuestra vida ha estado condicionada a este acto genocida. Decimos genocida no como un adjetivo, es que de acuerdo a la Comisión Internacional, esto clasifica como un genocidio porque es un acto premeditado de un gobierno, dirigido a afectar la vida y exterminar a una población masivamente, que es lo que han tratado de hacer. Nuestro comercio exterior se ha afectado cada año por más de 2 mil millones de dólares que dejan de importarse en alimentos y en medicamentos que les hace falta al pueblo. Hay medicinas que solamente se producen en laboratorios de Estados Unidos, por ejemplo, en la pediatría oncológica, para los niños que tienen padecimiento de cáncer. Solamente se producen en Estados Unidos y Cuba está impedida de adquirir esos medicamentos para ayudar a nuestros niños y aliviar así su dolor, producto de sus enfermedades oncológicas.
– ¿Cómo hacen para adquirir las medicinas que solamente se producen en Estados Unidos?
-Eso tiene que ver con la solidaridad que recibimos de muchas partes del mundo. Muchas veces las personas o instituciones de buen corazón, han ayudado a Cuba, a los niños, pero en otras ocasiones lamentablemente no se puede adquirir esos medicamentos que pueden aliviar el dolor o sufrimiento de un niño. Es por ello que la respuesta de Cuba ha sido desarrollar la investigación científica, la industria farmacéutica y, por suerte, en cualquier momento somos capaces de producir una parte importante de los medicamentos que forman el cuadro básico en Cuba a partir de sustancias que se pueden adquirir en Europa, China o en otros países. Siempre van a existir medicamentos que lamentablemente no los tenemos, pero te puedo decir que el bloqueo afecta a Estados Unidos así como perjudica al pueblo cubano, porque en Cuba se han logrado avances en la Medicina que le son negados al público norteamericano, por ejemplo las vacunas terapéuticas contra el cáncer de pulmón, que son únicas en el mundo y no pueden ser usadas por pacientes norteamericanos, así como los productos que están diseñados para evitar la amputación del pie diabético en los casos de diabetes aguda, que ya Cuba lo tiene desarrollado y que se ha usado en decenas de países.
– Ante esa situación, ¿no se teme un estallido social como el que viene ocurriendo en otros países del continente?
-En absoluto. Todo el que visita Cuba se da cuenta que la Revolución Cubana es un proyecto que radica sustancialmente en la unidad del pueblo, en la cercanía de quien gobierna con los gobernados. Entonces hay una diferencia en ese sentido: La inmensa mayoría de los cubanos se siente identificada con la política, así como con las políticas gubernamentales y públicas que responden precisamente a la aspiración y a la necesidad de las personas. Cuba siempre ha funcionado por un consenso, eso implica que no hay decisión política o ley importante que se aplique o que se apruebe en el país, que no sea el resultado de un debate o un consenso de la nación a través de referéndum masivo, y ese es el antídoto para que no pueda ocurrir lo que vemos en otros países donde hay un divorcio entre quien decide las políticas y quien las sufre. Los 60 años de revolución han creado en el país una conciencia sobre lo que somos y hacia dónde vamos. Todo responde a una unidad muy estrecha entre los gobernantes y los gobernados, porque en realidad en Cuba hay un proceso permanente de innovación de esa unidad y consenso.
-A pesar del bloqueo, observamos que Cuba tiene un alto desarrollo en áreas como la salud, el deporte y la educación. ¿Cómo lo logra bajo esa situación?
-Cuando un gobierno tiene orientación social, cuando las personas están en el centro de la atención de las políticas, sucede esto. Nosotros tenemos escasez de recursos en Cuba, causada por el bloqueo de Estados Unidos y la guerra económica que se nos hace, pero los recursos que generamos es para el beneficio del pueblo, para mantener una educación que es gratuita y universal. En la isla puedes estudiar una carrera universitaria gratis, no tienes que pagar nada, la educación es accesible. La salud igualmente, se tiene una cobertura social que la garantiza a las personas. Lo mínimo, por supuesto, es darle aún más bienestar a los cubanos, para lo que realmente logramos construir nuestras bases productivas: Los servicios. Lo que el país es capaz de generar en el punto de vista económico, va dedicado en definitiva a todos, porque existe un nivel de redistribución de las riquezas y es por igual para todos. Hay una preocupación, y es que el ser humano esté siempre en las decisiones políticas y de todo tipo.
-¿Por qué tantos ataques contra la isla?
-Yo creo que es porque no nos perdonan haber hecho una revolución tan cerca de Estados Unidos. Creo que es el temor del ejemplo que significa la misión cubana para América Latina y para otros continentes. Eso es lo que yo creo les aterra a ellos; que el ejemplo de Cuba como puede ser el ejemplo de Venezuela, constituya una suerte para otros de continuar ese camino. Por eso no es extraño cuando uno ve lo que está ocurriendo en América Latina hoy, el descontento popular, las manifestaciones en las calles; entonces tratan de culpar a Cuba de lo que pasa, porque buscan matar el ejemplo de los que han situado a sus pueblos en el centro de la política, y creo que viene por ahí. En general, el objetivo central de sus políticas ha sido siempre buscar la forma de derrotar la misión cubana y regresar a Cuba a lo que ellos consideran que siempre debió haber sido: Una colonia más de Estados Unidos, y continuar con la misma situación que teníamos antes de 1959.
– ¿Lograrán convertir a Cuba en una colonia norteamericana?
-Jamás. Porque el pueblo cubano tomó su decisión en su momento, y en 60 años no han sido capaces de derrotarlo. Sí son capaces de crearnos problemas, dificultades, de impedir que avancemos más rápido en satisfacer y dar más bienestar a nuestro pueblo, pero cambiar la orientación, cambiar el modelo no, porque es lo que los cubanos hemos decidido libremente. Ellos siempre acusan y seguirán acusando a Cuba de ser una dictadura; pero quisiera ver realmente qué sucedería en Estados Unidos, por un momento, (si hicieran) lo que Cuba hizo hace poco, aprobar una nueva Constitución por más de 8 millones de cubanos en un proceso abierto, transparente y democrático.
– ¿Cómo ha sido la administración de Donald Trump con Cuba, comparada con otras?
– Es tan mala o un poquito más que las otras, porque ellos se han ensañado muy particularmente, no solo en revertir todo lo que la administración de Barack Obama había cambiado para mejor un poquito las relaciones de los dos países, sino que se han empeñado en la aplicación de esa medida. No podemos olvidar que estamos en presencia de un gobierno ultraderechista que tiene un nivel de fundamentalismo ideológico muy notorio. Es una administración que pretende retomar lo más retrógrado de la hegemonía norteamericana.
– ¿Cuál será el próximo paso de Cuba ante los nuevos bloqueos y sanciones imperialistas?
-Resistir, eso es lo que se ha logrado, seguir construyendo nuestro futuro. El bloqueo nos hace daño, pero Cuba sigue creciendo, no en los niveles que nosotros queremos y que pudiéramos crecer si no fuera por el bloqueo, pero seguimos construyendo nuestro futuro, desarrollando nuestros proyectos y sueños. Los jóvenes siguen estudiando y realizándose profesionalmente. Continuaremos contribuyendo modestamente al mundo con nuestra solidaridad, que es un fundamento de la Revolución Cubana, es el principio básico de nuestra existencia.
-¿Qué importancia tiene el encuentro Antiimperialista de Solidaridad por la Democracia y contra el Neoliberalismo, que se celebró en Cuba, cuando los países se están alzando contra el Fondo Monetario Internacional?
-Al encuentro asistieron 95 países. Muchos compañeros que cuentan con escasos recursos, viajaron al rincón más lejano del mundo para expresar su solidaridad con Cuba. Este encuentro fue la demostración de la necesidad de la unión de los pueblos, de la comunicación de los pueblos, del apoyo mutuo, de la solidaridad. No podemos sentir que es ajeno a nosotros el dolor o sufrimiento que pueda tener una persona en cualquier parte del continente. La América nuestra es la que va desde el río Grande hasta la Patagonia (en Argentina). Entonces no podemos permitir que las fronteras nacionales nos impidan sentir la cercanía y la solidaridad ante el sufrimiento y la pena que tenga alguien en nuestro continente, porque somos, en definitiva, hijos de la misma tierra e historia. Uno no puede mirar solamente dentro de sus fronteras. Se tiene que mirar mucho más allá y tener la capacidad de solidarizarse y ayudar a todos; eso es lo que hace fuerte a la revolución.
– Las agresiones de Estados Unidos a la amistad entre Cuba y Venezuela no cesan, ¿por qué el ataque?
-Yo creo que es la impotencia ante el descalabro en sus acciones contra Venezuela. Ellos se hicieron la ilusión aparentemente en un momento, que lograrían derrotar a la Revolución Bolivariana y chavista, pero no lo han logrado, y ellos dicen que Cuba es responsable de que ellos no lo han logrado y por ahí tratan de descargar su impotencia y su odio. José Martí decía que hay dos tipos de personas: Los que aman y construyen y los que odian y destruyen, y ellos están en esta última categoría. Ellos solamente conocen el odio y de la destrucción, no solamente material sino la del ser humano. Y yo creo que se trata de la impotencia, de la rabia que sienten por no haber consumado la destrucción y su odio.