En 1962, el gobierno de Kennedy impuso el bloqueo contra Cuba. En el marco de la guerra fría, la administración norteamericana resolvió cortar todo contacto comercial, económico y financiero con el declarado propósito de rendir por hambre a la Isla, al provocar escasez y descontento, a fin de lograr el derrocamiento del régimen adoptado por una inmensa mayoría del pueblo cubano. Durante los 59 años transcurridos, innúmeras acciones se han desarrollado por parte de los sucesivos presidentes de los Estados Unidos. Con arrogancia han decretado leyes de alcance extra-territorial, persiguiendo incluso a empresas de otras nacionalidades si comercian con Cuba, e imponiendo multas millonarias a quienes se arriesgan a romper el cerco. Para ese control trabaja un poderoso “lobby”, constituido por prósperos descendientes de quienes, antes de 1959, oprimieron y saquearon la Isla.
La comunidad internacional acogió con entusiasmo la presunta normalización de relaciones entre los dos países durante el gobierno del presidente Obama, pero el bloqueo persistió y se endureció en forma abismal durante el gobierno de Trump. Una escalada de sanciones, al amparo de la írrita Ley Helms-Burton abrió la puerta para demandas internacionales, incrementándose la persecución de las transacciones financieras y comerciales, la prohibición de vuelos desde Estados Unidos hacia Cuba, la intimidación a empresas que trasladan combustible a la Isla y finalmente la inclusión de Cuba entres los países que auspician el terrorismo. El efecto de esa política hostil es dramático: los daños acumulados ascendían a más de 144 mil millones de dólares solo hasta el 2020.
La intensificación del bloqueo no se detuvo ante la cruel pandemia que afecta al mundo, incluyendo la campaña de descrédito contra los médicos cubanos - que son reconocidos por su ayuda humanitaria y que en la actual emergencia han colaborado en 40 países en la lucha contra el virus-. El bloqueo ha imposibilitado la adquisición de elementos vitales para el combate a la enfermedad. Pero Cuba en una nueva demostración de su férrea voluntad y de su avance científico, ha desarrollado cinco candidatos vacunales, verdadera hazaña que recibe la adhesión mundial.
En breves días en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cuba presentará una nueva resolución de condena al bloqueo. Durante 28 oportunidades, el mundo ha respondido afirmativamente, sin que EE.UU. acate ese sentir planetario. Nuestro país ha mantenido una posición coherente con el Derecho Internacional votando en forma consecuente con una Isla a la que nos unen lazos históricos indisolubles, encarnados en forma emblemática en las figuras de Eloy Alfaro y José Martí.
Nuestra agrupación, que incluye a intelectuales, artistas, profesionales y en general a personas de diferente extracción social y afinidades políticas, solicita al nuevo gobierno del presidente Guillermo Lasso, que el voto de Ecuador se mantenga en la tradición principista y de respeto al Derecho Internacional, que son honrosa tradición en nuestro país.
Por el ICEC “JOSÉ MARTÍ” DE GUAYAQUIL
Econ. Melania Mora de Hadatty
C.I. 0902350628