Estados Unidos continúa protegiendo a terroristas. Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Estados Unidos continúa protegiendo a terroristas. Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Estados Unidos continúa protegiendo a terroristas. Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El Ministerio de Relaciones Exteriores ha conocido con profunda preocupación la decisión de un juez de la Corte para el Distrito de Columbia de los Estados Unidos, emitida el 1 de mayo de 2024, que absolvió a Alexander Alazo Baró de los cuatro cargos que obraban en su contra, como resultado del ataque terrorista perpetrado por él contra la Embajada de Cuba en Estados Unidos en la madrugada del 30 de abril de 2020, para lo que alegó condiciones de demencia del perpetrador.

Alazo, una persona de origen cubano y que vive en Estados Unidos desde 2010, disparó las 32 balas de un cargador de un fusil semiautomático AK-47 contra la sede diplomática de Cuba en Washington, con lo que causó extensos daños materiales en el exterior e interior de la edificación y puso en peligro las vidas de varias personas que se encontraban dentro del edificio.

El propio Alazo confesó que iba con la intención de batir lo que hubiera delante, incluso seres humanos si hubieren estado en su línea de fuego. Se trató de un acto terrorista en la ciudad capital de los Estados Unidos contra una sede diplomática permanente.

Al momento de su detención, era conocida la asociación regular de Alazo con el centro religioso Doral Jesus Worship Center, en Miami Dade, en el que se reúnen personas con reconocida conducta a favor de la agresión, la hostilidad, la violencia y el extremismo contra Cuba. 

El terrorista fue detenido con inmediatez en el lugar de los hechos y el gobierno de los Estados Unidos le imputó cuatro delitos previstos en el Código Federal de ese país. Sin embargo, ha sido incapaz de calificar la acción por lo que es: un acto terrorista. 

La politización por parte de los Estados Unidos al ataque perpetrado contra la Embajada de Cuba en Washington se hizo evidente desde los primeros momentos. Así lo demuestra el dilatado proceso para analizar hechos probados.

Luego de cuatro años de los hechos y en un proceso penal cargado de opacidad, el juez acogió un informe conjunto de la Fiscalía y la defensa del terrorista Alexander Alazo Baró, que presenta al perpetrador como alguien que, al momento de ocurrir los hechos, no estaba en posesión de sus facultades mentales y, por consiguiente, lo declara inocente.

La decisión tomada traslada un peligroso mensaje de impunidad para quienes se propongan tomar acciones violentas contra sedes diplomáticas en la ciudad de Washington.

El 24 de septiembre de 2023, en horas de la noche, un individuo lanzó dos cocteles molotov sobre la cerca perimetral de la Embajada de Cuba en Washington y contra la fachada delantera de esa instalación. Es un hecho que ocurrió a tres años y cinco meses del ataque perpetrado por Alazo. Aun las autoridades de aplicación y cumplimiento de la ley de los Estados Unidos alegan desconocer el autor o tener detalles de lo ocurrido.

Estos hechos terroristas son resultado directo de la política y del discurso agresivo del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, de la permanente instigación a la violencia y el odio de políticos estadounidenses y grupos extremistas anticubanos.

Declaration of the Ministry of Foreign Affairs of the Republic of Cuba

The Ministry of Foreign Affairs has learned, with deep concern, about the judgment delivered by a judge of the Court of the District of Columbia in the United States on May 1st, 2024, who acquitted Alexander Alazo Baró of the four charges he faced as a result of the terrorist attack he had perpetrated against the Cuban Embassy to the United States during the early hours of morning of April 30, 2020, claiming the insanity of the perpetrator.

Alazo, a person of Cuban origin who has lived in the United States since 2010, shot 32 rounds using an AK-47 semi-automatic rifle against Cuba’s diplomatic mission in Washington, thus causing extensive material damage outside and inside the building and jeopardizing the lives of several persons who were inside the building.

Alazo himself confessed that he had the intention to shoot down whatever stood in front of him, even human beings, if they happened to stand in the line of fire of his weapon.  This was a terrorist act perpetrated in the capital city of the United States against a permanent diplomatic mission.

At the moment when Alazo was placed under arrest, the systematic links he kept with the religious entity ‘Doral Jesus Worship Center’ in Miami Dade were well known. This Center is the meeting place for persons with a well-known behavior in favor of the aggression, hostility, violence and extremism against Cuba.

The terrorist was immediately arrested at the scene and the US government accused him of four charges established in the Federal Code of that country.  However, the US has been unable to classify the action for what it is: a terrorist act.

The US politicization of the attack perpetrated against the Cuban embassy in Washington became obvious early on. So was evidenced by the protracted process established to analyze proven facts.

Four years after this incident and a criminal process lacking transparency, the judge accepted a joint report issued by the prosecution and the defense  of the terrorist Alexander Alazo Baró which portrayed the perpetrator as a person who, at the moment of the incident, was not in full possession of his mental faculties and, consequently, he was pronounced not guilty.

This decision conveys a dangerous message of impunity to those who intend to engage in violent acts against diplomatic missions in the city of Washington.

On September 24, 2023, in the evening hours, an individual hurled two Molotov cocktails over the perimeter fence of the Cuban embassy in Washington and against the front façade of that building. This action occurred three years and five months after the attack perpetrated by Alazo. The US law enforcement authorities still claim not to know who the perpetrator was or what the details of such action were.

These terrorist acts are the direct result of the policy and the aggressive discourse of the US government against Cuba; the permanent incitement to violence and the hatred of US politicians and anti-Cuban extremist groups.

(EmbaCubaEslovaquia-Cubaminrex)

 

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