Contenido
1. Continuidad y recrudecimiento de la política de bloqueo. 6
1.1 Vigencia de las leyes del bloqueo económico, comercial y financiero. 6
1.2 Principales acciones del bloqueo adoptadas entre enero y julio de 2021. 8
1.3 Aplicación de la Ley Helms-Burton. Demandas presentadas. 9
2. El bloqueo viola los derechos del pueblo cubano. 11
2.1 Afectaciones en los sectores de mayor impacto social. 11
2.2 Afectaciones al desarrollo económico. 22
2.3 Daño humano no cuantificable. 30
3. Afectaciones al sector externo de la economía cubana. 31
3.1 Afectaciones al comercio exterior 31
3.2 Afectaciones al sector bancario y financiero. 33
4. El bloqueo viola el Derecho Internacional. Aplicación extraterritorial 37
4.1 Afectaciones a entidades cubanas. 37
4.2 Otras afectaciones extraterritoriales. 39
5. Rechazo universal al bloqueo. 40
5.1 Oposición dentro de los Estados Unidos. 40
5.2 Oposición de la comunidad internacional 48
Introducción
El bloqueo es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos de todos los cubanos. En despiadado acto de crueldad, los Estados Unidos han aplicado en este período, con precisión quirúrgica, medidas dirigidas a afectar los sectores más sensibles de la sociedad cubana y crear desesperación en el pueblo.
El presente informe abarca el período comprendido entre enero y julio de 2021, que marca el inicio del gobierno del presidente Joseph Biden en los Estados Unidos.
Durante esta etapa, el bloqueo económico comercial y financiero contra Cuba se ha mantenido como eje central de la política de los Estados Unidos hacia la Isla y se ha recrudecido de modo oportunista y a niveles sin precedentes, en el contexto de la pandemia de la COVID-19.
Desconociendo sus propias promesas electorales, el gobierno demócrata ha dejado intactas las más de 240 medidas coercitivas unilaterales adicionales aplicadas contra Cuba por su predecesor, Donald Trump.
El recrudecimiento de esta política y el estrangulamiento económico contra Cuba en plena pandemia, han estado acompañados de un incremento de la agresión política, mediática y comunicacional; así como de un aumento inusitado de operaciones de desinformación, financiadas copiosamente con fondos federales del presupuesto de los Estados Unidos, una parte de los cuales se declaran públicamente y ascienden a decenas de millones de dólares anuales. Se suman a estos los fondos encubiertos que también sustentan las campañas.
Con esta conducta, en franca violación del principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, se pretende fabricar una oposición política, al precio incluso de generar desorden e inestabilidad, fracturar el orden constitucional, el consenso social, alentar la migración irregular, así como afectar las condiciones de tranquilidad y seguridad ciudadanas en que vive el pueblo cubano.