PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA EN ARGENTINA, PEDRO P. PRADA, EN ACTO POLÍTICO-DIPLOMÁTICO CON MOTIVO DEL DÍA NACIONAL Y 66 ANIVERSARIO DEL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN.
Buenos Aires, 10 de enero de 2025.
Excelencias, honorables diputados, distinguidos invitados,
Amigos de Cuba
Compatriotas
Esta es una celebración modesta pero inaplazable, como los tiempos que viven Cuba y la región. Tiene lugar gracias a nuestra inveterada pasión por defender la esperanza y la alegría de vivir y no permitir que nadie ni nada nos las quite; y por los muchos amigos que siempre nos acompañan. Es la celebración de un pueblo que recibe el nuevo año y el nuevo aniversario de la libertad, de pie y combatiendo.
Las dificultades que hoy enfrenta mi Patria se explican por el recrudecimiento de la silenciosa guerra que Estados Unidos le hace a Cuba. Aquí están representados casi todos los que lo entienden y votaron el pasado año en la ONU para ponerle fin. Muchas gracias.
La inclusión de la isla en una lista de supuestos patrocinadores del terrorismo ha hecho más asfixiantes los efectos del cruel bloqueo, de la crisis múltiple que azota al mundo desde 2008, empeorada por la olvidada pandemia de covid-19, y de dos huracanes y un terremoto, en noviembre, que dejaron sin techo a 60 mil familias y que nos recuerdan las consecuencias negadas del cambio climático.
Pese a perder en 66 años más de 164 mil millones de dólares en daños materiales, equivalentes a casi medio billón y medio a precios del oro, la economía cubana estaba a mediados de 2024 en un curso de crecimiento positivo sobre la base de políticas y prioridades fijadas por el gobierno.
Lo que pocos conocían era que, desde 2022, la General Electric adquirió la empresa francesa Alston, fabricante de la principal termoeléctrica de Cuba, corazón del sistema electroenergético, lo cual detuvo de inmediato el suministro de piezas y asistencia técnica. Además, en la Oficina de Control de Activos Extranjeros reforzaron la persecución a proveedores de combustibles, a navieras y aseguradoras, y a vendedores de piezas de repuesto de otras centrales energéticas. Recién se reveló un grosero chantaje del Departamento del Tesoro a México.
Fue un plan maliciosamente concebido para buscar por acumulación, en un breve plazo y a toda costa, el colapso energético. Solo en 2024 perdimos en el sector 488 millones de dólares con los cuales se habrían resuelto las necesidades tecnológicas de la industria.
También es probable que desconozcan por qué el turismo no creció. Pregunten a los 400 mil ciudadanos europeos a los que el gobierno de Estados Unidos retiró la visa ESTA por vacacionar en Cuba, o recuerden cómo YPF, bajo amenazas del Departamento del Tesoro, se negó a vender combustible a Cubana de Aviación en Argentina.
Los medios y redes solo divulgan noticias tendenciosas: apagones eternos, migrantes que buscan oportunidades y poco creíbles protestas financiadas con dinero de los contribuyentes estadounidenses. Pocos llegan a conocer que hace solo veinte días más de 700 mil cubanos marcharon en La Habana para protestar contra la agresión. Pocos habrían resistido. Cuba socialista resistió. Y lo hizo gracias al sacrificio heroico, la unidad y la dignidad de la inmensa mayoría de su pueblo, que son suficientes para vivir con la frente en alto.
También resistimos por la solidaridad internacional del PNUD, de la Cruz Roja Internacional, de Venezuela, la Unión Europea, México, Japón, Corea del Sur, Colombia, Rusia, China, Nicaragua, India y de decenas de organizaciones y naciones hermanas de todo el mundo y sus pueblos, incluido el de Estados Unidos. Cuba jamás está sola.
En esas condiciones, se continuó diversificando y fortaleciendo la estructura económica y empresarial; se redujeron el déficit fiscal y la inflación, aumentaron la producción, la productividad y los salarios. Pero esto se dio en el trasfondo de la guerra y las calamidades mencionadas, sin obviar errores de nuestro lado, por lo que los volúmenes, la diversidad y calidad aún no satisfacen nuestras necesidades.
No obstante, se avanza en muchos sentidos: se reconstruyó el 20% de lo destruido por terremotos y huracanes; se pusieron en marcha cuantiosas inversiones en energías renovables con empresas chinas, se establecieron nuevos acuerdos de suministros petroleros y tecnológicos con los rusos, avanzaron los negocios indios, canadienses, alemanes, franceses, italianos, españoles, brasileños, mexicanos, neerlandeses, singapurenses, británicos. Por primera vez hablamos de inversiones argentinas en la esfera agroalimentaria.
La industria biotecnológica y farmacéutica continúa expandiendo sus horizontes con la incorporación de nuevos medicamentos, vacunas, tratamientos y tecnologías de alto impacto humano, a la vez que la colaboración médica amplía sus tradicionales espacios en el sur global para comenzar a brindar servicios en el norte desarrollado. Hasta la FDA hubo de otorgar licencias para producir en ese país vacunas cubanas contra el cáncer y hacer ensayos con el Heberprot-P, que impide las amputaciones por úlceras del pie diabético.
Ha comenzado un año que se perfila intenso para la economía y la sociedad cubanas, en el que seguiremos impulsando nuestros planes de desarrollo y la búsqueda de la mayor prosperidad y justicia social posibles, y en el que la asociación a los BRICS abre perspectivas promisorias.
A la vez, fortaleceremos la democracia socialista, los derechos y garantías de los ciudadanos. Insistiremos, como desde hace veinticinco años, en librar nuestra batalla contra el pensamiento y las ideologías hegemónicas, contra la colonización cultural y todo aquello que reste conocimientos, valores y mengüe nuestra condición humana. Al pueblo le seguimos diciendo: lee, piensa y decide.
En tiempos de odios y guerras, seguimos apostando por el amor, la solidaridad y la paz entre los seres humanos, y por el respeto a la Carta de la ONU y a los principios del derecho internacional, en primer lugar, a la independencia, la soberanía y la libre determinación de los Estados. Exigimos el cese del genocidio en Palestina y el fin del expansionismo de la OTAN. Defendemos la unidad latinoamericana y caribeña en su gran diversidad, sin exclusiones ni agresiones fratricidas, y reivindicamos el derecho de los argentinos a ejercer su soberanía sobre las islas Malvinas, las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur y sus espacios marítimos correspondientes. La amistad entre Argentina y Cuba está hecha a prueba de años y fuego.
La libertad conquistada hace 66 años será salvaguardada como el bien más preciado que recibimos los cubanos de nuestros padres fundadores. La libertad de vivir sin tener precio. Como dijo el poeta cubano Fayad Jamis, “Por esta libertad / bella como la vida / habrá que darlo todo / si fuere necesario / hasta la sombra / y nunca será suficiente”.
¡Viva Cuba libre!
Fuente: cubanolibre.blogspot.com