Compañeros:
Nos reunimos hoy para conmemorar dos puntos trascendentales en la historia de Cuba: el 171 Aniversario del natalicio de nuestro Apóstol José Martí y el 65 Aniversario del triunfo de la revolución cubana.
Vivimos momentos donde la hegemonía ideológica del imperio trata de marcar al mundo en su totalidad y nuestro pequeño pais con su indomable revolución es un frente de batalla importante donde la ideología y principios deben estar claramente definidos.
Hace 155 años queJosé Martí escribió su poema Abdala cuando tenía 15 años. El poema se publicó el 23 de enero de 1869 en el primer y único número del periódico La Patria Libre que él creara y que fuera impreso en la imprenta y librería “El Iris” en Obispo 20 y 22, en La Habana.
Enardecido por el inicio de la primera de nuestras guerras de independencia Marti narra en su poema la historia de la brava resistencia de un pequeño país que es invadido por una potencia superior. Alli describe nuestro Apostol la base moral de los defensores en su lucha, que culmina en la victoria.
Para entender mejor el sentido genuino del verso y su relación con lo que devendría a ser el futuro de Cuba, recordaremos algunos versos de la obra, que sea la palabra del Apóstol la que nos guíe:
El amor, madre, a la patria
No es el amor ridículo a la tierra,
Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;
Es el odio invencible a quien la oprime,
…..
¿Acaso crees
Que hay algo más sublime que la patria?
…
Quien a su patria defender ansía
Ni en sangre ni en obstáculos repara;
Del tirano desprecia la soberbia;
En su pecho se estrella la amenaza
…
¡Oh, qué dulce es morir cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!
Estos versos son de vital importancia pues reflejan lo que vendría a ser la vida de Martí, su legado a la patria y lo que devendría en el legado a la Revolución: “…el verdadero hombre no mira de qué lado se vive mejor, sino de qué lado está el deber; y ese es el verdadero hombre.”
Una república con todos y para el bien de todos, cuya ley primera sea al culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre, donde el bien, la verdad y la justicia configuren un todo único. Así podría sintetizarse el ideal social del pensamiento y la obra de José Martí.
Para ello, Martí fundó un partido único, multiclasista y popular, que dirigió la lucha del pueblo de Cuba por su independencia, uniendo los esfuerzos de todos los cubanos y desenmascarando las tendencias antinacionales de la época: el racismo, el autonomismo y el anexionismo, en un momento histórico en que la lucha política requería la existencia de un partido que inspirara confianza, garantizara cohesión en las filas, modestia de su membresía y sensatez en sus propósitos.
Otro aspecto escencial en la ideología de José Martí fue el antiimperialismo. Martí dijo: “Ha llegado la hora para la América Latina de su segunda independencia”. En una de sus últimas manifestaciones políticas horas antes de su caída en combate Martí escribió: ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber -de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso.
La inevitable confrontación con el imperio era clara no sólo para Martí. El 1º de enero de 1961, Fidel dijo: “La Revolución cubana tenía que chocar, necesariamente, con el imperio poderoso. ¿Hay algún ingenuo en este mundo que se crea que se podía hacer una reforma agraria, privar de la tierra a las grandes compañías imperialistas sin chocar con el imperialismo? ¿Había algún ingenuo en este mundo que creyera que se podían nacionalizar los servicios públicos sin chocar con el imperialismo? ¿Había algún ingenuo que creyera que se podía aspirar a tener una economía independiente y una vida política independiente sin chocar con el imperialismo?”
Ética, moral, sentido del deber, entrega total a la patría, antiimperialismo, son los rasgos ideológicos que pasarán a ser la escencia de la revolución cubana desde sus inicios aún antes, desde el Moncada, cuando Fidel señalaría a Martí como el autor intelectual de la sublevación.
Esa ideología es en primer lugar, es un programa histórico-cultural que constituye parte esencial de la identidad colectiva del pueblo cubano, configurado históricamente sobre la base de su empeño por lograr la independencia nacional, la emancipación social y la dignificación humana, el desarrollo económico, social y cultural del país, sobre la base de la justicia social, la equidad y la inclusión, sin desigualdades y discriminaciones ilegítimas, la participación democrática y la sostenibilidad integral del modo de producción y de vida.
Este núcleo conceptual fue expresado en el concepto de Revolución Fidel presento en su discurso del 1 de mayo de 2000 en la Plaza de la Revolución José Martí . Según Fidel, la Revolución es “sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo”
Más adelante en el discurso que Fidel emitio en el Aula de la universidad en noviembre del 2005, diría: una conciencia revolucionaria, que es la suma de muchas conciencias, es la suma de la conciencia humanista, la suma de una conciencia del honor, de la dignidad, de los mejores valores que puede cosechar un ser humano. Es hija del amor a la patria y el amor al mundo, que no olvida aquello de que patria es humanidad, pronunciado hace más de 100 años. Patria es humanidad!
En la ideología de la Revolución cubana están presentes Martí, el marxismo y el leninismo que es ante todo el marxismo revolucionario, en la época del imperialismo. En ella se manifiestan la interpretación de la historia y de la sociedad y todo lo que eso conlleva. La teoría de la Revolución cubana es inseparable de la concepción materialista de la historia
Estamos en una nueva fase en la lucha de contrarios, en la puja hace que “lo revolucionario” gane terreno; aunque a veces, “lo contrarrevolucionario” recupera posiciones. En ello influyen muchos factores de contexto, endógenos o exógenos. Para vencer, es imprescindible que la realidad revolucionaria —no los elementos contrarrevolucionarios que subsisten o resurgen en esa misma realidad— muevan la ideología a su ritmo.
Pero ¡cuidado!, los elementos ideológicos no revolucionarios presentarán a los revolucionarios como dogmas que deben ser superados. Cuando se reclama el abandono de ciertos postulados ideológicos a nombre de la realidad, hay que discernir si se trata de la realidad que avanza o de la que retrocede. La teoría marxista, el legado de Martí, la ideología de nuestra Revolución cubana son las herramientas que tenemos para comprender del mundo de hoy, y analizar y encaminar las metas que nos proponemos.
En el famoso discurso ante los estudiantes en Aula Magna de la Unidversidad Fidel señaló: ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de conciencia que harían imposible la reversión de un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo?
Fidel puntualizaría: luego de la caída de la URSS todos creían: “Eso se derrumba”, y siguen creyendo los muy idiotas que esto se derrumba y si no se derrumba ahora, se derrumba después. Y mientras más ilusiones se hagan ellos y más piensen ellos, más debemos pensar nosotros, y más debemos sacar las conclusiones nosotros, para que jamás la derrota pueda enseñorearse sobre este glorioso pueblo que tanto ha confiado en todos nosotros. Fidel era claro cuando dijo ¡Que no haya URSS jamás aquí, ni campos socialistas disueltos, dispersos! ¡Que no venga el imperio aquí a tener cárceles secretas para torturar a los hombres y mujeres progresistas del resto de este continente que hoy se levanta decidido a la segunda y definitiva independencia! Más vale que no quede ni la sombra del recuerdo de ninguno de nosotros y de ninguno de nuestros descendientes antes de que tengamos que volver a vivir tan repugnante y miserable vida.
Ante la pregunta sobre la irreversibilidad del proceso cubano Fidel dijo que o derrotamos todas esas desviaciones y hacemos más fuerte la Revolución destruyendo las ilusiones que puedan quedar al imperio, o podríamos decir: o vencemos radicalmente esos problemas o moriremos, la Revolución solo se puede destruir desde dentro y por ello en Cuba debemos ser críticos, discutirlo todo para vincular al pueblo en la batalla de ideas.
Son las ideas las que nos unen, son las ideas las que nos hacen pueblo combatiente, son las ideas las que nos hacen, ya no solo individualmente, sino colectivamente, revolucionarios, y es entonces cuando se une la fuerza de todos, cuando un pueblo no puede ser jamás vencido y cuando el número de ideas es mucho mayor; cuando el número de ideas y de valores que se defienden se multiplican, mucho menos puede un pueblo ser vencido.
En este cuerpo a cuerpo, el del papel de los cubanos y cubanas en el exterior es cada vez más importante. Hay muchos, cubanos y cubanas que, aún viviendo fuera del país, trabajan por Cuba, se sienten parte del proceso que libramos en el país y son verdaderos patriotas. Nosotros, Cubanos por Cuba somos parte de ese cuerpo a cuerpo.
Gloria eterna a nuestro Apostol, José Marti!
Viva el 65 Aniversario del triunfo de la revolución cubana.
Viva Fidel!
Hasta la Victoria Siempre!
Cubanos por Cuba
EmbacubaSuecia
