La Asamblea General es el órgano principal de las Naciones Unidas. En ella están representados todos los Estados miembros, cada uno con derecho al voto sobre cuestiones importantes, como son la paz y seguridad, ingreso de nuevos miembros y cuestiones presupuestarias. Estas se deciden por mayoría de dos tercios. Las demás, por mayoría simple. Luego veremos por qué menciono este detalle. Es en dicho foro mundial donde la denuncia al bloqueo de los EE.UU. contra Cuba tiene lugar anualmente.
El cruel bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos contra Cuba por casi seis décadas es el sistema de sanciones unilaterales más odioso, implacable y dilatado que se ha aplicado contra un país a lo largo de la historia.
Durante los últimos 12 meses, la política de bloqueo se ha recrudecido y se aplica con aun más intransigencia. El gobierno del presidente Donald Trump con la firma del “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de EE.UU. hacia Cuba”, el 16 de junio de 2017, recrudeció el bloqueo contra la Isla.
En noviembre de del pasado año, los Departamentos de Comercio, Tesoro y Estado restringieron aún más el derecho de los estadounidenses a viajar a Cuba e impusieron impedimentos adicionales a las limitadas oportunidades del sector empresarial de los Estados Unidos en la Isla. Establecieron una lista de 179 entidades cubanas con las que las instituciones y personas naturales o jurídicas estadounidenses tienen prohibido realizar transacciones de cualquier tipo.
Este año, la delegación estadounidense hizo un mayúsculo esfuerzo por torpedear la resolución que los condenaba.
Quisieron crear el día 16 de octubre en la sala ECOSOC un show anticubano sobre derechos humanos, que fue rechazado en su misma raíz. Trataron de introducir ocho enmiendas a la Resolución contra el bloqueo, difiriendo un día su votación, para poder ejercer más presión sobre los países votantes. Incluso, lograron que se votara separadamente cada una de las ocho enmiendas, preconcibiendo que para muchos países votar ocho veces el mismo día contra los poderosos EE.UU. sería imposible. Pero cada enmienda fue rechada con amplia mayoría a favor de Cuba.
Se percibía claramente el ambiente de tensión en el amplio salón de reuniones, no se permitían tomar fotos a diferencia de la misma sesión hace un año. Los diplomáticos iban de mesa en mesa constantemente. A la mesa de Cuba donde estaban sentados nuestro canciller Bruno Rodríguez Parilla y la embajadora Anayansi Rodríguez, iban y venían los representantes de diversos países ante la ONU, a saludarlos y hablar con ellos.
Ya son 27 resoluciones las que han sido adoptadas en el marco de la Asamblea General de la ONU y vimos de nuevo el repudio del mundo entero a esta política que no solo persiste, sino que se agrava y recrudece. Todas las resoluciones denunciaron el carácter agresivo e ilegal del bloqueo. Estas condenas han ocurrido durante las administraciones de Bush padre e hijo, de Clinton, Obama y ahora Trump. La única vez que ningún país votó en contra fue en el 2016, último año de Obama, cuando los EE.UU. e Israel se abstuvieron. (Cubadebate)