El logro del desarme nuclear mundial es uno de los objetivos más antiguos de las Naciones Unidas y una de las aspiraciones y principios básicos de la política exterior de la República de Cuba, que mantiene su invariable posición sobre la prohibición y eliminación total de las armas de exterminio en masa, incluidas las armas nucleares. El desarme general, completo e inmediato, bajo un control internacional estricto y efectivo, constituye una prioridad en la arena internacional.
El tema del desarme nuclear fue objeto de la primera resolución de la Asamblea General de las NNUU en 1946. Después de que el desarme general y completo entró en la agenda de la General en 1959, sigue siendo el objetivo más importante y urgente de las Naciones Unidas en este campo. Desde 1975, ha sido un tema destacado de las conferencias de revisión de los Estados Partes en el Tratado de No Proliferación Nuclear. En 1978, el primer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General sobre el desarme reafirmó que las medidas eficaces de desarme nuclear tenían la más alta prioridad.
Sin embargo, hoy en día todavía quedan unas 15.000 armas nucleares. Los países que poseen tales armas tienen planes bien financiados y a largo plazo para modernizar sus arsenales nucleares. Más de la mitad de la población mundial todavía vive en países que tienen tales armas o son miembros de alianzas nucleares. En 2017 ninguna ojiva nuclear ha sido físicamente destruida en virtud de un tratado, bilateral o multilateral, y no hay negociaciones de desarme nuclear en marcha.
Estos hechos entre otros constituyen la base para la designación por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de septiembre como el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares. Este Día es una ocasión para que la comunidad internacional reafirme su compromiso con el desarme nuclear mundial como una alta prioridad. También brinda la oportunidad para educar al público -y a sus líderes- sobre los beneficios reales de la eliminación de tales armas y los costos sociales, humanitarios y económicos de perpetuarlos.
El Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares, adoptado el 7 de julio de 2017 en las Naciones Unidas, constituye un paso importante y es una contribución a este objetivo común de un mundo sin armas nucleares. El Tratado refleja la creciente preocupación por el riesgo que plantea la existencia continua de las armas nucleares, así como la conciencia de las consecuencias humanitarias catastróficas que se producirían si las armas nucleares fueran utilizadas de nuevo. Es el resultado de una campaña mundial centrada en la inaceptabilidad del uso de armas nucleares en cualquier circunstancia y la esperanza de que la adopción del Tratado dará un nuevo impulso al desarme nuclear.
Más de 120 países firmaron el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares. El texto fue adoptado oficialmente con 122 votos a favor, uno en contra y una abstención. En el ámbito del Debate de Alto Nivel de la Asamblea General de las ONU recientemente finalizado 41 países ratificaron el tratado, incluida la República de Cuba. El tratado entrará en vigor cuando lo ratifiquen 50 Estados.
La conmemoración de este Día es también especialmente importante para Cuba, ya que en esta misma fecha en 1960, el líder histórico Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, pronunció su primer discurso ante las Naciones Unidas en el que presentara la línea de la Revolución cubana ante el mundo y en el que expresó: ….“luchemos por la paz, y luchemos por el desarme, que con la quinta parte de lo que el mundo se gasta en armamentos se podría promover un desarrollo de todos los países subdesarrollados” y aseveró:… “Las guerras, desde el principio de la humanidad, han surgido, fundamentalmente, por una razón: el deseo de unos de despojar a otros de sus riquezas. ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra!.
La Haya, 26 de septiembre de 2017