Este jueves 2 de noviembre, la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) culminó dos días de debates sobre el proyecto de resolución presentado por Cuba bajo el título: "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba". Es la 31ra vez que esta resolución se presenta en la AGNU.
En esta opotunidad, fueron 187 los estados que votaron a favor de la resolución, una abstención (Ucrania) y solo dos votos en contra (Estados Unidos e Israel). Más de 50 oradores se inscribieron para dar testimonio de cuán negativo y contraproducente resulta este tipo de sanciones unilaterales, sin embargo, como cada año, el gobierno estadounidense hizo oídos sordos a los reclamos.
A pesar de que las resoluciones aprobadas en este órgano de la ONU no son de obligatorio cumplimiento para los estados miebros, la aprobación de la resolución por una abrumadora mayoría es un fuerte mensaje de la Comunidad Internacional a los Estados Unidos. La negativa del gobierno norteamericano a cambiar esta política genocida y obsoleta, que afecta considerablemente la calidad de vida de millones de cubanos, es una prueba más del irrespeto de ese país por el multelateralismo y el Derecho Internacional.
En su intervención, el Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba explicó que los daños causados por el bloqueo y su fortalecimiento, en los últimos años, han generado pérdidas por más de tres mil millones de dólares. Es decir, de no ser por el Bloqueo, la economía de cubana hubiese crecido más de 9% en el 2022. Sin duda alguna, se trata de una afectación notoria para un país subdesarrollado como Cuba, cuya población enfrenta los efectos negativos de una crisis económica de postpandemia, la más aguda en los últimos 30 años.
Para los cubanos, el bloqueo representa el principal obstáculo para el desarrollo personal y del país en su conjunto. Se trata del sistema de sanciones más completo y prolongado del que existe registro en la historia moderna. Los cubanos continuarán demandando, tantas veces como sea necesario, el fin de esta política de guerra económica.