El Nobel de la Paz para un ejército de batas blancas

Por Hildebrando Pérez Grande

La escena contemporánea,  para decirlo en modo mariateguista, está siendo azotada por una pandemia que no sólo trae consigo muerte y desolación sino que muestra ferozmente la usura y el abuso que se han ido incubando bajo el inhumano sistema social imperante. Frente al desamor de quienes detentan el poder y no prestan la debida atención a los requerimientos más urgentes para preservar la  vida, un ejército generoso de batas blancas recorre el mundo asistiendo a los más necesitados, llevándoles medicinas y el fraterno abrazo solidario y el bálsamo de la palabra esperanza, vale decir confianza en la vida y en la condición humana. 

Honrar, honra dice el predicamento martiano. La Brigada Médica Cubana "Henry Reeve" merece un reconocimiento planetario, por su abnegada y desinteresada labor por preservar la vida humana. Este ejemplar puñado de mujeres y hombres fidelistas, ya se ha ganado la admiración y la gratitud de todos los pueblos del mundo. Y si acaso aún falta algún reconocimiento, qué mejor que el Premio Nobel de la Paz del presente año.

 

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Solidaridad
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