Señor Presidente:
Rechazamos en los términos más enérgicos una mención que realizó el Primer Ministro de la República Checa a Cuba.
Señor Presidente:
La República Checa no tiene autoridad moral o de otra índole, para elaborar listas y criticar a otros países. La República Checa debería preocuparse por sus asuntos internos y las graves violaciones de derechos humanos que ocurren en su propio territorio.
Resultan vergonzosas las continuas políticas de discriminación e intolerancia de ese país contra las minorías, incluida la violación de los derechos humanos de las niñas y niños romaníes, que son víctimas de segregación y discriminación institucionalizada en las escuelas.
El uso de discursos de corte racista, discriminatorio homofóbico, intolerante y de odio en la República Checa resulta inaceptable.
En pleno siglo XXI, es lamentable el tratamiento que otorgan a los inmigrantes, refugiados, solicitantes de asilo y extranjeros que residen legalmente en el país, la mayoría de los cuales no tienen acceso a un trato digno ni a una cobertura sanitaria adecuada.
Señor Presidente:
Cualquier comentario respetuoso y constructivo sobre los retos de un Estado en materia de derechos humanos tiene su espacio en el Examen Periódico Universal.
Reiteramos que resulta imperativo cesar la manipulación política, los dobles raseros y la injerencia en los asuntos internos de los Estados.
Muchas gracias.