Orgullo de cubano.
Tengo muchas razones para sentirme orgulloso de ser cubano, y una de ellas es la de haber sido contemporáneo de Fidel. Por eso comprendo el origen de todas las infamias que se han querido levantar en contra de la obra a la que consagró su vida, la Revolución Cubana.
Mientras más intenso fuera el resplandor que desprendían sus acciones en favor de los demás, más profundo era y es el odio del enemigo por despreciar las motivaciones de su empeño.
Gracias, Fidel, por ser, ante todo, humano.
No pocos se han preguntado a lo largo de los años de dónde provenía la energía inagotable del líder histórico de la Revolución Cubana. Cómo lograba ese hombre excepcional andar sin descanso, sin treguas, con su noble pensamiento puesto siempre en el bienestar de su pueblo, en la posibilidad de un mundo con cabida para todos, con derechos y oportunidades para todos.
Nuevos millones para viejas infamias.
Funcionarios del Gobierno de Estados Unidos anunciaron esta semana una asignación de hasta tres millones de dólares para otro «programa de desarrollo» destinado a denunciar la «explotación laboral» y «sexual» en Cuba.
Esta maniobra, nueva aberración de la guerra contra la Isla, forma parte de la estrategia que sigue la administración de Trump para distraer la atención, con objetivo electoral, de su mala gestión ante la pandemia, de la COVID-19, que ya cuenta casi cinco millones de casos y una cifra cercana a las 160 000 muertes en ese país.
Condecora Partido Comunista de Rusia a dirigentes cubanos.
El Partido Comunista de la Federación de Rusia (PCFR) confirió la medalla conmemorativa por el aniversario 75 de la Victoria contra el Fascismo, al Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, General de Ejército Raúl Castro Ruz; al Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; al Segundo Secretario del Comité Central del PCC, José Ramón Machado Ventura; al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, y al primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz.