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¿Cuál patria y cuál vida?.

Granma, 18 de febrero de 2021.  Patria o Muerte siempre ha sido bandera por la vida.

La patria no está en los bolsillos en forma de moneda manoseada, ni escrita en contrato con la ruindad, ni en alianzas para denigrarla y destruirla. La vida no está en disfraces incapaces de ocultar la miseria espiritual, antesala y vitrina de todas las miserias.

En la resistencia de Cuba, Almeida.

Como la estrella dorada sobre el Turquino, que para distinguir el alto rango dado solo a tres grandes de la lucha, colocara sobre sus hombros Fidel, fue la vida del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, dedicada a la patria y al pueblo que lo acogió en su corazón.

Nació en La Habana, hace 94 años, pero fue en el Oriente cubano donde entró a la historia, frente a los muros del Moncada primero, y luego con el Granma, al emprender en Los Cayuelos el camino luminoso de la victoria.

Escudo ante la ofensa.

Definitivamente, prefiero a mis «necios imperfectos» que alzan la bandera con estoicismo, y la elevan como estandarte del amor patrio, de la solidaridad y la vergüenza nacional

¡Qué denigrante escena! ¿Este tipo de tendencia apátrida es la que pretende «liberar» a Cuba? La bandera nada tiene que ver con ningún «ismo» político-ideológico (comunismo, capitalismo, liberalismo, etc.).

Si los que insisten en traer a esta nación las «mejorías» que dicen, piensan hacerlo con la misma desvergüenza con que arrastraron nuestro símbolo patrio, ¿con quién contarán? Conmigo no.

Sencillamente, Celia.

Es difícil no evocar en presente a la muchacha que, desde la clandestinidad, ingeniaba soluciones tremendas como la de colocar mensajes envueltos en cigarrillos y hasta dentro de un cake; o la de inventarse una barriga de embarazada para burlar las autoridades de la tiranía.

Nuestra enseña nacional a media asta, un viernes demasiado gris y hasta el «llanto» del cielo en la capital, fueron el preludio de la terrible noticia que nadie hubiera querido escuchar aquel 11 de enero de 1980.

La caravana viva en las nuevas generaciones.

La frialdad de la noche, semejante a la de aquel 6 de enero de 1959, cuando Fidel hizo un alto en el camino de la Caravana de la Libertad para entrar a Cienfuegos, no fue óbice para que miles de pobladores se reunieran frente al antiguo Ayuntamiento, en el Parque Martí.

La reedición ahora, 62 años después, fue de nuevo un motivo para el encuentro de pueblo, donde se escuchó más alto la voz de los jóvenes.

Antonio Maceo: El Titán de Bronce. A 124 años de su muerte.

“Esto va bien”, fueron sus últimas palabras antes de dejar un legado de amor a su Patria, que lo vio nacer por Santiago de Cuba, y de fe inquebrantable en la independencia de su Isla, hace 124 años.

Murió con 51 años y cuentan que se llevó consigo 27 heridas en el cuerpo que no pudieron arrancarle la vida, hasta el último disparo que lo alcanzó en una batalla contra el ejército español en San Pedro, Punta Brava, al Occidente de Cuba.

Por los surcos de la Historia. Por siempre el Granma.

La utopía a bordo del Granma fue certeza a la hora del desembarco. «Ahora sí ganamos la guerra», dijeron, al rencuentro, tras el bautismo de fuego. La convicción ancló para siempre en suelo patrio, y hoy truena, con eco de tambores, ante el montaje mercenario.

Con el Granma desembarcaron no solo la utopía de lo posible y de la Patria que soñó Martí, sino también los ideales de soberanía de un pueblo, que no permite que ultrajen su historia, y mucho menos se deja confundir.

El Granma sigue surcando la Historia.

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