A 6 años de la aprobación de la Agenda 2030, continúa existiendo una profunda brecha entre los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible y los compromisos internacionales para apoyar su implementación.
En el complejo panorama político, social y económico mundial, acentuado por las secuelas de la COVID-19, para los países de renta media resulta decisivo el acceso a financiamientos externos, el logro de un trato especial y diferenciado en materia comercial y la cooperación internacional.
Para empezar, quisiera reiterar nuestro agradecimiento a ONU-Mujeres por los esfuerzos realizados en estos tiempos difíciles. ONU-Mujeres ha sido una voz firme a la hora de abordar las consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 en la vida de las mujeres y las niñas en todo el mundo, y la integración de una perspectiva de género en la respuesta y recuperación de la pandemia.
Señor presidente,
El año que concluye ha estado marcado por el impacto, sin precedentes, de la pandemia de la COVID-19, que añade nuevos retos y complejiza otros que ya existían para la comunidad internacional.
Con suma elocuencia, la pandemia ha evidenciado la naturaleza injusta del orden internacional en que vivimos, que reproduce los privilegios de los países ricos y perpetúa las carencias de los pobres.
Señora presidenta:
Mientras continúen la selectividad, las prácticas punitivas, los dobles raseros y la manipulación política, en particular contra países del Sur, la comunidad internacional no podrá avanzar, verdaderamente, en materia de promoción y protección de todos los derechos humanos para todas las personas.