El escritor argelino Azzedine Mihoubi en su novela El juramento de Atocha lleva al lector desde un acto real de violencia hasta la confesión de un deseo de venganza, y la conquista de la razón por vía del amor.
La novela fue presentada por su autor en la Sala Nicolás Guillén, en La Cabaña, durante la tercera jornada de la XXVIII Feria Internacional del Libro.
Nacido en fecha especial para Cuba, el 1ro. de enero de 1959, comenzó su carrera profesional como periodista, y es hoy día un reconocido poeta, novelista y dramaturgo, quien ha recibido numerosos premios.
Ha sido, además, director de la Biblioteca Nacional, presidente de la Unión de Escritores Argelinos y de la Unión General de Hombres de Letras Árabe y, entre sus responsabilidades políticas, lo cuentan como miembro de la Asamblea Popular Nacional (1997- 2002) y actual ministro de Cultura.
Azzedine Mihoubi ha escrito cuatro novelas, entre ellas: El juramento de Atocha, que ahora el lector cubano tiene en sus manos gracias a Ediciones Sed de Belleza, de Villa Clara.
Se trata de una obra compleja y poderosa, donde las referencias históricas (los atentados ocurridos el 11 de marzo de 2004, en la estación de Atocha, en Madrid, España), se entrelazan con la ficción para mover los resortes dramáticos.
Con una excelente estructura y factura literaria, tanto narrativa como poética, en sus desviaciones temporales –la novela comienza en el 2039– están las claves que el autor nos deja: la violencia, la angustia, el deseo de venganza y el perdón.
El juramento de Atocha es una seria reflexión sobre el fenómeno de la violencia colectiva, con episodios que no dejan de sucederse hoy en cualquier lugar del mundo.
Al comentar su novela en La Habana, Mihoubi dijo que debe entenderse como un mensaje a favor de la paz y de la necesidad de promover el diálogo y el entendimiento entre los pueblos, pues la cultura tiende puentes.
En ese sentido volvió a elogiar la importancia que le concede el gobierno cubano a la cultura y agradeció el esfuerzo de las editoriales de la isla, cuya labor hizo posible la traducción al español de más de 20 obras de la literatura argelina, «lo que permitirá al público cubano conocer mejor la amplia cultura de mi país».
(Tomado de Granma)