El ministro de Cultura de Argelia, Azzedine Mihoubi, presentó hoy en Cuba su novela "El juramento de Atocha", con un mensaje a favor de la paz y el entendimiento entre los pueblos.
Este escritor, periodista y político vino a La Habana para participar en la 28 Feria Internacional del Libro (FIL), que tiene a su país como Invitado de Honor en 2019.
Mihoubi destacó la emoción para Argelia de ser considerada de ese modo por primera vez en una feria del libro en América Latina.
Aquí hemos descubierto un país que respira la creación, la cultura, el arte, apuntó sobre Cuba tras hablar de su actual visita como un sueño hecho realidad.
Según Mihoubi, hace tiempo quería conocer la isla de la libertad, tierra de héroes, símbolo de resistencia, cuna de próceres que han dejado impronta en la historia como José Martí y Fidel Castro, entre otros.
Al mismo tiempo, elogió la importancia que le concede el Gobierno cubano a la cultura y agradeció el esfuerzo de las instituciones de la isla, cuya labor hicieron posible la traducción al español de más de 20 obras de la literatura argelina.
"El juramento de Atocha" aborda una cuestión que constituye una preocupación actual: el terrorismo, su proliferación y huellas en el alma humana. De acuerdo con el autor, la cultura, la política, la religión y la poesía se entremezclan en torno a un exitoso pintor (personaje de ficción) que pierde al amor de su vida en los atentados ocurridos realmente el 11 de marzo de 2004, en la estación de Atocha, en Madrid, España. Las ansias de venganza llevan al artista a infiltrarse en una comunidad musulmana y a planear un acto terrorista contra La Meca, la ciudad más sagrada del Islam, por ser el lugar de nacimiento del profeta Mahoma y de la religión. Ese propósito lo lleva a vincularse a la historia, la cultura, la geografía y su conciencia despierta, se percata de que la acción no le devolverá a la amada.
A Mihoubi le preocupa la vinculación que suele realizarse del terrorismo con el Islam, porque 'el Islam verdadero es inocente y no tiene vínculos con ese accionar, se trata de una religión de paz y clemencia'. A juicio del Ministro, su libro defiende la necesidad de promover el diálogo con los otros y propiciar que la creación y la cultura tengan un espacio mayor en las sociedades.
(Tomado de Prensa Latina)