Intervención del Representante Permanente de Cuba, Embajador Pedro Luis Pedroso Cuesta, ante el Segmento General del 37º período ordinario de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.
Ginebra, 28 de febrero de 2018.
Señor Presidente:
En el año en que celebramos el 70 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el 25 de la Declaración y Programa de Acción de Viena, la promoción y protección de los derechos de millones de personas en el mundo, incluyendo en países altamente desarrollados, sigue siendo una quimera.
En muchas latitudes, incluso en aquellas en las que los gobiernos cuentan con todos los recursos y medios necesarios para evitarlo, proliferan el hambre y la desnutrición; la marginación y exclusión social; el racismo y la discriminación racial, la intolerancia y los discursos de odio y xenofobia; la filosofía del despojo, la opulencia vergonzosa del rico y la pobreza lacerante de los que nada tienen.
Continúan agudizándose las contradicciones provocadas por un orden económico internacional injusto y moralmente insostenible, cuyos patrones de producción y consumo son irracionales. Sus consecuencias impactan negativamente en las posibilidades de los países en desarrollo de avanzar en la promoción y protección de todos los derechos humanos para todos.
¿Cómo aceptar que en el mundo de hoy, con los recursos y tecnologías a nuestra disposición, haya todavía 793 millones de personas que enfrentan el hambre cada día? ¿O que 155 millones de niños menores de 5 años sufran retraso en el crecimiento y 52 millones tengan bajo peso para su edad?[1] ¿Cómo explicar el reconocimiento universal de los derechos humanos a estos millones de personas?
Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes, y están relacionados entre sí. Por esta razón, la protección del derecho a la vida no debe limitarse solamente al reconocimiento de la dignidad y valor de la vida humana, como se establece en los instrumentos internacionales y ordenamientos jurídicos internos. Se requieren además, garantías suficientes y medidas prácticas para el ejercicio efectivo de este derecho. Por ello, resulta preocupante el alto nivel de inseguridad ciudadana en algunos países, como por ejemplo en los Estados Unidos, donde es muy fácil obtener un arma de fuego, y donde se observa un elevado número de crímenes violentos, una cifra desproporcionada de armas de fuego en manos de la población civil y una gran cantidad de personas fallecidas a causa de incidentes con estas armas.
Las pretensiones hegemónicas de algunas potencias y sus agresiones directas o encubiertas, la ocupación extranjera, el fomento de conflictos internos, así como las agendas de cambios de régimen legítimamente constituidos, niegan el noble ideal de alcanzar cada vez mayores niveles de realización de los derechos humanos, en particular del derecho a la libre determinación de los pueblos.
Señor Presidente:
Cuba está firmemente comprometida con los esfuerzos por construir un orden mundial donde prevalezca el respeto a la independencia y soberanía de cada Estado, y en el que se destierre la guerra y la amenaza o uso de la fuerza, conforme a los postulados de la Proclama de la América Latina y el Caribe como una Zona de Paz y los principios del Derecho Internacional.
En ese sentido, ratificamos nuestra invariable solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela. Rechazamos las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra ese hermano país y la injerencia externa contra el proceso bolivariano y chavista, que amenazan la paz y el diálogo entre venezolanos con propósitos desestabilizadores y generan deliberadamente penurias económicas a su población.
Denunciamos los intentos de aislar, singularizar y excluir a Venezuela. Exigimos el absoluto respeto a la institucionalidad que el pueblo venezolano se ha dado a sí mismo, a través de la participación en los más recientes procesos democráticos que han tenido lugar en ese país.
Ratificamos igualmente nuestra profunda preocupación y rechazo a la decisión unilateral de Estados Unidos de reconocer a la ciudad de Jerusalén como capital del Estado de Israel. Esa medida agudiza aún más las tensiones en el área y aleja las posibilidades de cualquier esfuerzo dirigido a reanudar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Reafirmamos el irrestricto apoyo a la búsqueda de una solución amplia, justa y duradera al conflicto, basada en la creación de dos Estados, que asegure el ejercicio del derecho inalienable del pueblo palestino a la libre determinación, y a disponer de un Estado independiente dentro de las fronteras anteriores a 1967, con su capital en Jerusalén Oriental.
Reafirmamos también, nuestro apoyo a la búsqueda de una solución pacífica y negociada, y el respeto a la integridad territorial de Siria.
Señor Presidente:
Para Cuba, la promoción y protección de los derechos humanos continúa siendo una prioridad. Alcanzar una mayor justicia social y bienestar para todo nuestro pueblo, en el ejercicio de las más amplias libertades reconocidas por la Constitución y las leyes, es uno de los objetivos que persigue el proceso en curso de actualización del modelo de desarrollo económico y social cubano.
Como parte de ese proceso, se ha continuado fortaleciendo el marco jurídico e institucional que sustenta nuestras políticas, programas y esfuerzos destinados a promover y proteger los derechos de nuestro pueblo y garantizar su legítimo ejercicio.
Se ha avanzado además en el fortalecimiento de las vías, mecanismos y la sostenibilidad de recursos a disposición de la población para asegurar el disfrute de sus derechos humanos.
Cuestiones como el acceso a servicios de salud y educación de calidad superior, una mayor protección y asistencia social, la seguridad alimentaria y el acceso sostenible al agua potable, entre otras, están entre las prioridades de las autoridades, tanto a nivel nacional como local.
La prioridad que se otorga para asegurar la mejor calidad de vida posible a nuestro pueblo, cimentada en la férrea voluntad política de no escatimar esfuerzos ni gastos en la consecución de ese objetivo, permitió a Cuba en 2017, por ejemplo, obtener la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, 4 por cada mil nacidos vivos.
Este resultado, que es superior al que registran muchos países desarrollados, ha sido posible gracias a la obra de la Revolución, que constituye la garantía fundamental para la promoción, protección y realización de los derechos humanos de los cubanos; y el apoyo y participación activa del pueblo.
Para obtener estos resultados, Cuba no solo ha tenido que sobreponerse a su condición de pequeño país en desarrollo, sin cuantiosos recursos económicos ni recursos naturales abundantes. También ha sido necesario sortear las consecuencias negativas del genocida bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos. El bloqueo, que sigue en vigor y se recrudece, constituye el principal obstáculo al desarrollo del país, es una violación flagrante de los derechos humanos del pueblo cubano, y atenta contra los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional.
Señor Presidente:
Cuba mantiene su cooperación e interacción con los procedimientos y mecanismos de derechos humanos de Naciones Unidas que tienen aplicación universal, sobre bases no discriminatorias.
La Relatora Especial sobre trata de personas, especialmente mujeres y niños, y la Experta Independiente sobre derechos humanos y solidaridad internacional, visitaron el país en el 2017, por invitación del gobierno cubano.
Hemos consolidado un diálogo positivo con los órganos creados en virtud de tratados internacionales de derechos humanos. En 2017 defendimos el informe inicial ante el Comité contra la Desaparición Forzada; y este año defenderemos el informe periódico ante el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial.
Continuamos fortaleciendo las relaciones de cooperación e intercambio con el Comité Internacional de la Cruz Roja. Hace pocos días recibimos la visita del Secretario General de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
En este espíritu de cooperación, y para continuar compartiendo experiencias e intercambiando buenas prácticas, Cuba se presentará, en mayo próximo, ante el tercer ciclo del Examen Periódico Universal (EPU). Acudiremos al EPU dispuestos al diálogo constructivo, respetuoso y apegado a la verdad.
Señor Presidente:
Resulta indispensable preservar a este órgano de las prácticas selectivas, discriminatorias y políticamente motivadas que determinaron el descrédito y la desaparición de la Comisión de Derechos Humanos. Los enfoques punitivos contra países, que observamos avanzan peligrosamente, no mejoran la situación de derechos humanos en el terreno. Por el contrario, atizan la politización y la polarización.
No serán los enfoques o actitudes unilaterales los que logren una mayor efectividad en la labor del Consejo, ni la manipulación de conceptos y principios, o la utilización de la cuestión de los derechos humanos para justificar agendas intervencionistas, sustentadas en pretensiones hegemónicas, que nada tienen que ver con una genuina preocupación por la realización de los derechos humanos.
Es preocupante y peligrosa la intención de utilizar este órgano para tratar de legitimar la acción del Consejo de Seguridad contra países que no constituyen una amenaza para la paz y seguridad internacionales. Rechazamos las recientes actuaciones del Consejo de Seguridad en materia de derechos humanos, usurpando mandatos que corresponden a la Asamblea General o este propio Consejo.
Compartimos la necesidad de realizar algunos ajustes en el funcionamiento del Consejo. Pero ello no debe traducirse en un proceso de reforma, ni en un intento de modificar los postulados de la resolución 60/251. Los principios fundacionales de este foro deben preservarse.
Señor Presidente:
Cuba continuará abogando por el diálogo y la cooperación en materia de derechos humanos, y por el reconocimiento y respeto a las diferencias.
Seguiremos defendiendo el derecho de cada pueblo a determinar su propio sistema político y a elegir el camino de su desarrollo económico y social, en ejercicio de la libre determinación.
Continuaremos avanzando hacia el fortalecimiento de nuestro modelo de desarrollo y hacia mayores niveles de promoción y protección de todos los derechos humanos, sobre la base del pensamiento de José Martí, refrendado en nuestra Constitución, que expresa: “Yo quiero que la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
Muchas gracias.
[1] Fuente de los datos del párrafo: Informe de Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2017, elaborado por Naciones Unidas.