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Si realmente existiera la voluntad política de abordar de buena fé los retos nacionales de Irán en materia de derechos humanos, de los que ningún país está exento, se privilegiaría el diálogo respetuoso y la cooperación constructiva, basados en la imparcialidad y la no injerencia. Esa ha demostrado ser la única manera efectiva de promover los derechos humanos.

Cuba rechaza y se opone a los proyectos de resolución de naturaleza injerencista, selectiva, politizada y parcializada que no cuentan con el consentimiento del Estado concernido. Siempre defenderemos la independencia, soberanía e integridad territorial de los Estados y la libre determinación de los pueblos.